Sobrecargas hacen que LyFC opere en alerta constante: Fernando Amezcua
Riesgo de apagones en GAM y Cuauhtémoc, por diablitos
Tianguis, mercados sobre ruedas y comercio en vía pública, donde más se cuelgan
Ampliar la imagen En otras zonas de la capital, como en la zona de La Merced, delegación Venustiano Carranza, es común ver postes con cables colgados a las líneas de energía eléctrica, que en ocasiones han provocado conatos de incendio por el sobrecalentamiento Foto: La Jornada
Luz y Fuerza del Centro (LyFC) opera en alerta constante, ante el riesgo de una sobrecarga por el número de usuarios que se cuelgan de la red con diablitos y la mala calidad de la energía comprada a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para atender al Distrito Federal, 81 municipios del estado de México, 48 de Hidalgo y dos de Puebla y Morelos, la cual "es importada" desde una distancia de 400 kilómetros.
El secretario del Exterior del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Fernando Amezcua, señaló lo anterior y explicó que tan grave es la situación que atender la demanda de un nuevo servicio le lleva a LyFC hasta 18 meses y ha habido algunas colonias de Gustavo A. Madero Ampliación Casas Alemán, Aquiles Serdán o Romero Rubio que se han quedado sin energía eléctrica más de ocho horas.
Las causas: mantenimiento correctivo o atender la demanda de zonas como Polanco, Las Lomas y los Pedregales, pues se puede dejar sin luz cualquier área, pero sin afectar a los ricos, por lo que las delegaciones Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc corren el riesgo de apagones mayores a los registrados en los últimos meses, con interrupciones del suministro superiores a 20 minutos en promedio al año.
En entrevista, Amezcua reconoció que la situación en la primera demarcación es crítica para más de 150 mil usuarios, por la continua sobrecarga de la red, eventuales fallas y la reducción de la fiabilidad de la energía eléctrica, por lo que el restablecimiento del suministro lleva un tiempo mayor haciendo indispensable la creación de una nueva planta, que, para este año, no está contemplada.
Mientras, en Cuauhtémoc se detectó un problema en la subestación II, alimentada por dos circuitos trifásicos de cable subterráneo, que podría dejar sin luz a cientos de hogares de las colonias Santa María la Ribera, San Rafael, Nueva Anzures y Cuauhtémoc, así como embajadas, dependencias locales y federales, hoteles y restaurantes ahí ubicados. Por lo cual es urgente el cambio o sustitución de sus 2.7 kilómetros, aunque no existe aún una respuesta positiva.
Así que seguirán los apagones y los altibajos en la energía, con los consecuentes daños a aparatos eléctricos, electrónicos y electrodomésticos, como también "las acusaciones de que somos los trabajadores quienes no cumplimos con nuestra labor, cuando nos tienen atadas las manos, con un presupuesto de sobrevivencia de 27 millones de pesos. Y cerca de 300 mil personas que carecen de instalación eléctrica, aunque en más de 80 por ciento de los casos, la roban".
El líder sindical admitió que la situación está asociada a la pérdida de poder adquisitivo y falta de empleo, pero también a la comisión de hechos ilícitos, porque algunas personas hacen negocio en tianguis, mercados sobre ruedas y corredores comerciales en la vía pública, sin que dichos cobros lleguen a la empresa, que atiende a 6 millones de usuarios y para lo cual consume 25 por ciento de la energía eléctrica generada a nivel nacional.
Además de recibir, por parte de la CFE, un trato similar al de una planta armadora, con precios mayores por la venta de energía respecto de sus competidores privados, cuando se adquiere una mayor cantidad y las 24 horas del día, pues a diferencia de un usuario industrial, no se suspende el trabajo en las horas denominadas pico y es cuando sale más caro obtenerla, señaló.
No conforme con esta situación, se redujo en mil millones de pesos la inversión física, a fin de desestabilizar la industria y mantenerla en un estado de quiebra latente, con miras a abrirla a la participación privada, advirtió.