Las estructuras definen la propensión a ciertas infecciones, según científicos de la UNAM
Los esteroides sexuales fijan la capacidad inmune de cada género
Por sus niveles de estradiol, las mujeres son más susceptibles a padecimientos como el lupus o la artritis, ejemplificó Jorge Morales, del Instituto de Investigaciones Biomédicas
Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrieron que los esteroides sexuales determinan la susceptibilidad a ciertas enfermedades entre el sexo femenino y masculino.
El investigador nacional Jorge Morales-Montor dio a conocer que uno de los avances alcanzados en el laboratorio que encabeza, en el Instituto de Investigaciones Biomédicas, es la demostración de que la interacción entre el sistema inmune y los esteroides sexuales afecta el desarrollo de infecciones, principalmente producidas por parásitos.
En principio, el científico explicó que la distinción principal entre una mujer y un hombre o entre una hembra y un macho es el nivel de esteroides sexuales. Las primeras tienen un cuantioso estradiol, progesterona y pocos andrógenos, mientras los segundos producen gran cantidad de éstos y menos de los otros dos.
"El estradiol hace que los linfocitos b, células del sistema inmune especializadas en producir anticuerpos, generen más, mientras los andrógenos tienen el efecto sobre la diferenciación hacia células que pueden comerse a otras."
De esta manera, precisó, es claro que las mujeres son más susceptibles a enfermedades autoinmunes, porque el estradiol estimula la producción de anticuerpos inespecíficos, lo que incide directamente en la patogénesis de padecimientos como el lupus o la artritis reumatoide. Los hombres presentan una incidencia menor porque, entre otras características, tienen bajos niveles de dicha hormona en comparación con las mujeres.
En el modelo de laboratorio, donde se infecta a ratones de cisticercosis murina, las hembras son las que presentan más problemas, expresó.
Aportación significativa
"Los estrógenos, en este caso particular de infección, hacen que crezca más el parásito, el cual los utiliza. Esa es una de las aportaciones más importantes del grupo, porque no se había demostrado que pudiera emplear directamente hormonas del hospedero para su propio crecimiento", estableció.
En una hembra con abundante estradiol y progesterona crece más el oportunista, porque el medio es rico en factores positivos para su desarrollo y éste lo manipula, mientras las hormonas masculinas inhiben su crecimiento, al comprobarse que es tóxico para el cisticerco.
Informó que en el modelo experimental la infección por el cisticerco induce cambios tan drásticos en un macho que, cuando está crónicamente infectado con este parásito, se feminiza y se comporta como hembra.
"Conforme pasa el tiempo, el macho tiene tanto estradiol como la hembra. Deja de tener conducta sexual normal, sufre atrofia del sistema reproductivo y cambios en las moléculas que expresa el sistema nervioso central", indicó.