Usted está aquí: viernes 5 de enero de 2007 Opinión Democrátas en el Congreso de EU, esperanza para el mundo

Editorial

Democrátas en el Congreso de EU, esperanza para el mundo

El Partido Demócrata tomó este jueves el control del Congreso de Estados Unidos. Nancy Pelosi se convirtió en la primera mujer en encabezar la Cámara de Representantes; por su parte, Harry Reid asumió el mando del Senado. Durante la ceremonia de cambio de legislatura, la representante de California aseguró: "hoy hacemos historia; hoy cambiamos el rumbo de nuestro país". Reid se pronunció en términos similares. Por el bien del planeta, ojalá así sea. Durante los últimos seis años, la administración republicana conducida por el presidente George W. Bush literalmente arrasó el mundo. La campaña en Irak es el ejemplo más notorio del desastre que ha significado este mandato para el mundo y para los estadunidense, pero no el único. No hay que olvidar que la administración Bush ha tomado decisiones polémicas en asuntos de derechos humanos, migración y cambio climático, por mencionar algunos rubros.

Los demócratas tendrán en estos dos años el poder para modificar los errores de los republicanos. Se espera que la llegada de Pelosi y Reid al frente de sus respectivas cámaras beneficie a los estadunidense con una agenda que cumpla con las expectativa de los ciudadanos a nivel interno, más que favorecer los intereses empresariales, como sucedió en el periodo de dominio republicano. El tema de los impuestos será crucial en este contexto.

La comunidad internacional espera también que los demócratas tomen la responsabilidad de enmendar los entuertos de Bush en temas como la guerra de Irak, el cambio climático o la reforma migratoria, temas que afectan a todo el mundo.

Durante cuatro años el Congreso controlado por los republicanos no pudo llegar a resoluciones claras sobre una política de inmigración. En este periodo, la Casa Blanca boicoteó sistemáticamente el Protocolo de Kyoto, diseñado para disminuir la contaminación ambiental mundial. En cuanto a la guerra de Irak, las cifras hablan por sí mismas: en casi cuatro años de conflicto han muerto cientos de miles de civiles (algunas organizaciones humanitarias mencionan 600 mil) y 3 mil soldados estadunidenses.

Sin embargo, para conseguir un cambio real, Pelosi y Reid deben superar no sólo la oposición de la Casa Blanca y de la minoría republicana en el Congreso; tendrán que cerrar filas en su partido para presentar un frente común que permita establecer la mejor estrategia posible en el Medio Oriente y posibilite la aprobación de un acuerdo migratorio equilibrado y justo, entre otros aspectos.

No será tarea fácil para los nuevos líderes del Congreso estadunidense, pues no existe consenso en el Partido Demócrata sobre esos y otros temas. El problema: muchos legisladores temen a los costos políticos.

Lamentablemente, esta situación amenaza con empantanar de nuevo el Legislativo: si bien en las próximas semanas se programaron en el Congreso 10 audiencias sobre Irak, no existe una propuesta parlamentaria en torno al tema. La verdad es que los demócratas no tienen una agenda común que permita vislumbrar en un futuro próximo una solución para dichos asuntos, lo cual podría ser aprovechado por el Partido Republicano en el Ejecutivo para mantener la situación como está o empeorarla.

Es deseable, por el bien del mundo, que los líderes demócratas en el Congreso encuentren la manera para detener la maquinaria bélico-empresarial de Bush, estableciendo en el camino mecanismos que favorezcan la construcción de un mundo mejor. Así como las acciones de la Casa Blanca han perjudicado a millones de personas, el cambio prometido por Pelosi y Reid debe traer consecuencias positivas para los estadunidenses y el mundo.

La legislatura instalada ayer tendrá pronto una buena oportunidad para demostrar su seriedad: la semana próxima Bush presentará su nueva estrategia para Irak, la cual probablemente incluya fondos adicionales y un incremento de las tropas en ese país. Los demócratas tienen la palabra.

 
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