En marzo se formalizará convención para evitar su exclusión
En el mundo 470 millones de personas enfrentan discapacidades para trabajar
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que en el mundo existen aproximadamente 470 millones de personas discapacitadas en edad de trabajar y calcula que su exclusión social genera pérdidas por 1.9 billones de dólares anuales.
Con base en lo anterior, la OIT consideró que la puesta a disposición para firma y ratificación de la Convención para la Personas con Discapacidad, el próximo 30 de marzo, es un paso muy importante para que este sector pueda sumarse al mercado laboral con menos complicaciones y mayor equidad.
La OIT señaló que este instrumento, aprobado en la ONU el pasado 13 de diciembre, es un tratado "sin precedente", porque beneficiará a millones de personas cuya dificultad para encontrar empleo genera grandes costos y acota que las disposiciones sobre trabajo y empleo incluidas en la nueva convención producirán un cambio importante en el ámbito laboral favorable a estas personas.
Tras resaltar que este instrumento surge como "el primer tratado importante de derechos humanos que se suscribe el siglo XXI", refiere que los especialistas de la OIT consideran que la convención contiene "elementos relevantes como la prohibición de discriminar por discapacidad en todo tipo de empleo, y el llamado a los estados para generar oportunidades laborales formales para los discapacitados que quieran trabajar, muchos de los cuales hasta ahora se han visto obligados a aceptar puestos en talleres de caridad, en condiciones no adecuadas a las leyes sobre empleo o salario mínimo".
Esta convención es el resultado de negociaciones que empezaron de manera formal en 2002, año en que se creó un comité especial en la ONU para su elaboración, el cual concluyó su labor en agosto pasado, y de acuerdo a la ONU son alrededor de 650 millones de personas en el planeta las que experimentan algún tipo de discapacidad, lo que representa poco menos de 10 por ciento de la población mundial, y 80 por ciento de ellas viven en países en desarrollo.