Sectores del partido de gobierno resisten el retorno; dudas sobre su honorabilidad
Reasume en Brasil líder del PT que había pedido licencia a causa de un escándalo
Brasilia, 2 de enero. El diputado Ricardo Berzoini reasumió este martes la presidencia del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), de la que había pedido licencia hace tres meses a causa de un escándalo que complicó la relección del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
El retorno de Berzoini fue resistido por sectores del PT que querían aprovechar su salida para renovar la dirección partidaria y dar vuelta la página de escándalos que mancharon el primer mandato de Lula, quien ayer tomó posesión de su nuevo periodo.
El PT explicó que la rehabilitación se debe a que Berzoini "fue declarado inocente por la Policía Federal en el caso de la compra de un dossier con informaciones", que pretendían vincular a líderes opositores con la "mafia" que fraguaba licitaciones para la compra de ambulancias.
Ese escándalo estalló cuando dos personas ligadas a la campaña de relección de Lula fueron detenidas en septiembre con unos 800 mil dólares, supuestamente destinados para comprar informaciones sobre casos de corrupción de opositores del Partido de la Social Democracia Brasileña.
Berzoini fue separado de sus funciones de coordinador de campaña y dejó el 6 de octubre la presidencia del PT, que quedó interinamente a cargo de Marco Aurelio García, asesor de política exterior de Lula.
Berzoini insistió en recuperar el cargo, tras alegar que había sido elegido a finales de 2005 por la militancia del partido en elecciones directas y que quería completar su mandato de tres años.
El secretario general del PT y número tres en el liderazgo, Raúl Pont, lamentó que García no haya permanecido hasta el congreso y consideró que la exculpación policial es argumento insuficiente para que Berzoini recupere la confianza del partido.
Mientras la prensa brasileña ponía en duda la capacidad de Lula en su segundo mandato para promover un nuevo ciclo de crecimiento económico, se informó que sus ministros Paulo Bernardo (de Planeamiento) y Nelson Machado (de Previsión Social) lucieron ropas rojas a sugerencia de sus anfitriones, durante una fiesta de año nuevo de la trasnacional Coca-Cola.
Lula, quien en su asunción destacó su compromiso con los pobres, hoy anunció que endurecerá la legislación penal para castigar a los responsables de la ola de violencia delictiva, que en los últimos días dejó al menos 24 muertos en Río de Janeiro.
El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, quien asumió a la par que Lula, reiteró que pedirá ayuda a las fuerzas armadas para combatir a las bandas de narcotraficantes que han perpetrado una oleada de ataques en la ciudad, en momentos en que la delincuencia volvió a incendiar hoy un autobús de pasajeros, que no dejó víctimas.
En tanto, un sargento murió y cinco personas resultaron heridas en tres explosiones que destruyeron el polvorín del tercer batallón de choque de la policía paulista. Las autoridades descartan la hipótesis de un atentado, al considerar que se trató de una tragedia derivada de un accidente laboral.