Usted está aquí: martes 2 de enero de 2007 Mundo "Romper con ETA", no sólo suspender contactos, exige PP al gobierno español

Aún no hay rastro de desaparecidos por el atentado en Madrid; sigue su búsqueda

"Romper con ETA", no sólo suspender contactos, exige PP al gobierno español

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Dos días después del atentado en un estacionamiento del aeropuerto Madrid-Barajas, ayer continuó la remoción de escombros Foto: Reuters

Madrid, 1° de enero. Con posibilidades "remotísimas" de hallarlos bajo toneladas de escombros, continuó hoy en la zona cero del aeropuerto de Madrid-Barajas la búsqueda de los migrantes ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, declarados desaparecidos el sábado anterior, luego de un atentado atribuido a la organización separatista Euskadi Ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad).

Dos días después de la primera acción violenta de ETA desde que decretó el alto el fuego permanente, el pasado 22 de marzo, el estacionamiento de la terminal 4 del aeropuerto madrileño es un constante trajín de máquinas excavadoras, bomberos y policías expertos en explosivos y en situaciones de rescate, y de perros rastreadores que buscan alguna pista sobre la ubicación de los ecuatorianos.

La carga explosiva ­de entre 500 y 800 kilos de explosivos, de acuerdo con las autoridades madrileñas­ afectó de llenó a los soportes del inmueble y destrozó totalmente la sección D del estacionamiento, un edificio de cinco plantas con capacidad para mil 500 vehículos.

Cuarenta y ocho horas después del atentado, en las inmediaciones del lugar persistía un intenso olor a pólvora quemada e incluso había humaredas dispersas y pequeños focos de fuego en el perímetro que ocupó la estructura.

El jefe de los bomberos de Madrid, Luis Villaroel, comparó la situación con la vivida en la zona cero de Nueva York, después del atentado contra las Torres Gemelas, cometido el 11 de septiembre de 2001. "El aparcamiento se encuentra comprimido como un sandwich, con capas de coches" en medio, detalló.

En estas circunstancias, el equipo de rescate ha intentado llegar hasta el epicentro de la explosión y a la zona donde supuestamente estaban los ecuatorianos, quienes en el momento del atentado dormían dentro de sus vehículos, en espera de familiares que venían a pasar las fiestas de fin de año en Madrid.

Se aproximan a sitio del estallido

A pesar de que las tareas de rescate y remoción de escombros no ha cesado desde el día de la explosión, hasta hoy se logró llegar a una zona próxima al sitio del estallido, pero todavía no hay rastro de Estacio, de 19 años, y Palate, de 35, quienes trabajaban de albañiles.

Sus familiares, desesperados y destrozados por la situación, visitaron la zona del atentado en compañía del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que admitió que la "posibilidad de encontrarlos con vida es remotísima".

De acuerdo con la reconstrucción de los hechos ofrecida por la policía, un supuesto comando etarra robó el pasado jueves la camioneta con la que cometió el atentado en el sur de Francia, en la frontera con Guipúzcoa. El dueño del vehículo fue retenido hasta dos horas después del ataque.

Una vez robado el coche, el comando lo habría cargado con centenares de kilos de explosivos (aún se desconoce el material utilizado). Luego lo condujo a Madrid. El automóvil estalló a la hora y en el lugar señalado por el sujeto anónimo que alertó una hora antes del atentado, y quien dijo hablar "en nombre" de la banda armada.

Los técnicos de las labores de rescate estiman que podría pasar hasta una semana para que se logre la inspección y limpieza total de la zona afectada, al destacar que el atentado ha sido el más potente de los cuatro que ha sufrido hasta ahora el aeropuerto madrileño, además de que en esta ocasión dañó el nuevo edificio de la terminal aérea, más alto y grande que el resto.

Decenas de personas perjudicadas por el ataque se han presentado en las oficinas del aeropuerto para presentar una denuncia por la desaparición de sus vehículos, ya que se calcula que dentro del aeropuerto habría más de 700 coches, todos ellos destrozados por la explosión.

Tras el atentado se realizaron numerosas concentraciones y manifestaciones de repulsa en diversas localidades del país (incluida una en Bilbao), algunas de ellas de marcado carácter político, como la que convocó la Asociación de Víctimas del Terrorismo, en la que se gritaron más consignas contra el gobierno y su voluntad de diálogo con la organización armada que contra la propia ETA.

"Zapatero dimisión", "Zapatero fuera" y "España merece otro presidente del gobierno" fueron algunas de las consignas de los manifestantes, que exigían así la renuncia del presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, entre quienes escasearon los jóvenes, según un despacho de la Afp fechado en Madrid, donde fueron cancelados los tradicionales festejos del gobierno local con motivo del año nuevo, con el fin de evitar riesgos derivados del ambiente político.

En la protesta realizada en la céntrica Puerta del Sol de Madrid se insistió en la supuesta "manipulación" de la investigación de los atentados del 11 de marzo del 2004 en la capital española, en los cuales quedó probada la autoría de una célula integrista islámica, pero que parte de la derecha española insiste en atribuir a ETA.

En ese contexto, el conservador Partido Popular insistió en su demanda de "romper con ETA", en vez de simplemente "suspender" las reuniones de aproximación con la agrupación armada (un hecho que provocó el distanciamiento entre Rodríguez Zapatero y el líder derechista, Mariano Rajoy, durante los últimos nueve meses).

Desde el día del atentado, el propio jefe de gobierno dio por "suspendido" el diálogo con la organización separatista, con la que había iniciado "contactos preliminares" para sentar las bases de un proceso que aspiraba a la pacificación definitiva del histórico conflicto.

En contraste con los pronunciamientos de la derecha, la coalición separatista vasca, la ilegalizada Batasuna, hizo un llamado a reconocer el sufrimiento de quienes apoyan a ETA y de los que la rechazan, con el objetivo de poder solucionar el conflicto en el norte de España.

"Se deben sentar las bases para la desaparición de todas las violencias, dando solución en términos democráticos a los problemas políticos", expresó en un comunicado Batasuna, declarada ilegal por las autoridades judiciales españolas.

En ese mismo sentido se pronunció el presidente del Partido Nacionalista Vasco de Guipúzcoa, Joseba Egibar, quien sugirió la continuación de los contactos establecidos por el gobierno español y ETA.

 
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