Bombazos en Tailandia; tres muertos y 36 heridos
Bangkok, 1º de enero. En plena celebración de año nuevo en Tailandia, que en esta época se llena de turistas extranjeros, una serie de explosiones ocurridas casi simultáneamente en esta capital y en la ciudad de Chiang Mai, provocaron el domingo la muerte de tres personas y heridas a 36, pero además agitó el ambiente político de este año, en el cual se tiene previsto celebrar elecciones parlamentarias y reconstituir el poder civil.
La capital tailandesa, donde el gobierno canceló las celebraciones públicas del año nuevo, amaneció hoy en estado de máxima alerta tras el estallido de ocho bombas en Bangkok y de otras dos en la principal localidad de la provincia norteña de Nonthabur.
Es la primera vez desde el golpe de Estado militar del 19 de septiembre de 2006 que los tanques recorren las calles de Bangkok, en plena temporada turística, luego de ocurridos los primeros atentados en este país del sureste asiático, en los últimos diez años.
Algunos de los artefactos que estallaron por la tarde en el lapso de una hora fueron colocados en puestos de agentes policiales de tránsito; en las inmediaciones de un edificio de oficinas conocido como Central World Plaza; en un muelle del puerto local; y en el área próxima al monumento de la Victoria, donde se reportó la mayor cantidad de lesionados.
En Chiang Mai, localidad del norte de Tailandia, una de las bombas estalló en una mezquita, con saldo de un herido. Dos británicos, dos serbios, un estadunidense y cuatro húngaros figuran entre los heridos.
Las autoridades carecen de indicios precisos sobre la responsabilidad de los atentados, pero la policía cree que las bombas están relacionadas con la situación política.
Tailandia, que está actualmente bajo la dirección de una junta militar que designó autoridades administrativas transitorias, tiene previsto celebrar comicios este año.
Después de encabezar una reunión de urgencia con los principales mandos militares y administrativos, el primer ministro de Tailandia designado por la junta castrense, Surayud Chulanont, descartó que los ataques pudieron ser obra de los círculos islámicos del sur y sospecha que adversarios políticos de su gobierno de transición podrían haber ejecutado los ataques.
Sin embargo, el ex primer ministro Thaskin Shinawatra, derrocado con el golpe de Estado, rechazó toda responsabilidad en los hechos y recomendó a Chulanont que evite "conclusiones prematuras" e intente "en vano vincular los atentados con los gobiernos precedentes".