La PGR, sin hacer operativos aéreos; la flota, inservible
Culiacán, Sin., 30 de diciembre. Desde hace más de un año, la Procuraduría General de la República (PGR) no realiza operativos aéreos para detectar sembradíos de mariguana y amapola en la zona serrana de la entidad y otras vecinas, como Chihuahua y Durango, revelaron fuentes extraoficiales de la dependencia.
El hangar que la PGR tiene junto al Aeropuerto Internacional de Culiacán, se encuentra desolado e inactivo, pese a que es en estas fechas, luego de la temporada de lluvias, cuando los operativos deben intensificarse, ya que es el periodo que aprovechan los narcotraficantes para el cultivo, sobre todo de amapola.
Durante la segunda quincena de noviembre arribaron siete helicópteros provenientes de Chilpancingo, Guerrero, pero sólo trabajaron dos semanas y regresaron a su base en aquella entidad.
Las fuentes consultadas por La Jornada explican que la causa de que se hayan abandonado las tareas de erradicación de plantíos es que se terminó el presupuesto para el mantenimiento y servicio de las naves.
Además de que existe una denuncia penal por supuestos malos manejos en contra del director general de Servicios Aéreos de la dependencia, Víctor Manuel Noble Contreras, revelaron.
En el hangar que la PGR tiene en Culiacán se ven alrededor de 11 helicópteros desmantelados, algunos por fallas en las turbinas, en las tablas, flechas o transmisión, principalmente porque terminó su vida útil o se cumplieron sus horas de vuelo.
Las aeronaves desmanteladas son tres Bell 212 y ocho Bell Ranger 206, que fungen como apoyo o navegantes, ya que en ellas viajan personas armadas que escoltan a las fumigadoras.
Sin operar están los helicópteros Bell Long Ranger 203 (clave L-III) y Bell Long Ranger 204 (Clave L-IV), ambos utilizados para la destrucción de plantíos y traslado de personal; un Bell 407 del área de servicios generales y dos naves conocidas como UH-1H, utilizadas para la intercepción aérea, que son de color azul oscuro e invisibles durante la noche y los únicos autorizados para volar en estas condiciones.
También hay tres avionetas de ala fija: dos Cessna 206 y una 210, que tienen gran capacidad de vuelo elevado y se utilizan para el reconocimiento de las áreas donde se encuentran los plantíos de estupefacientes, antes de la fumigación.
La flota aérea de la PGR tiene cerca de 20 años y medio operando y en algunos casos con escasas ocho horas de vida útil; está integrada por aeronaves con 46 años de construidas que se encuentran prácticamente inservibles. Aun así, cada avión y helicóptero fue asegurado como si valiera alrededor de un millón de dólares.
Documentos en poder de La Jornada demuestran que no sólo la flota opera a menos de 40 por ciento de su capacidad, sino que hay aviones y helicópteros que pese a que llevan más de seis años sin volar la PGR los conserva como parte de sus activos.
Además, señalan que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) aprobó la contratación de las pólizas en mayo pasado "a efecto de garantizar la operación de las aeronaves".