La angustia de carecer de atención médica en tierra ajena
El costo de residencia de la población mexicana inmigrante en Estados Unidos se traduce, entre otras adversidades, en no contar con seguro médico, lo cual es más grave para la mujeres, porque significa que gran cantidad de ellas no puede pagar los altos costos de una atención privada y donde se encuentran disponibles servicios de salud gratuitos enfrentan la falta de información, el desconocimiento del idioma y el temor a ser deportadas.
De acuerdo con un análisis de seis instituciones públicas y privadas nacionales y extranjeras, de los poco más de 11 millones de mexicanos residentes allende la frontera norte de México las mujeres inmigrantes que tienen menos de 10 años viviendo en suelo estadunidense casi no acuden a los servicios de salud exámenes básicos, como el Papanicolau o la mastografía.
En la población inmigrante mexicana, las tasas más bajas de seguridad médica se encuentran en los grupos de adultos jóvenes (40 por ciento) y entre los niños y adolescentes que no han alcanzado la mayoría de edad (49 por ciento). En todos los grupos de edad de los mexicanos la cifra es menor hasta en 30 y 40 por ciento, en comparación con la que registra la población blanca.
Entre los cambios de movilidad nacional que se exponen, resalta el que en un número creciente las mujeres están migrando, tanto las casadas o que cuentan con pareja en Estados Unidos, como las solteras.
Este fenómeno que creció a escala mundial a partir de 2005 significa que de los 11 millones de mexicanos que se tienen contabilizados como residentes en el país del norte, 4.8 millones son mujeres. Además, de cada 100 personas que cruzan en este periodo la frontera norte, unas 44 fueron mujeres.
Los mexicanos representan 3.8 por ciento de la población total de los estadunidenses y 29.5 por ciento de los inmigrantes, de los que 6.2 millones son indocumentados. Los principales lugares de residencia de la comunidad mexicana son el estado de California, seguido por Texas, Arizona y Nuevo México.
El documento de la Iniciativa de Salud México-California, de la oficina del presidente de la Universidad de California, y el Instituto Nacional de las Mujeres dirigido a promotores que trabajan con la población migrante, líderes comunitarios y agencias y personas que ofrecen sus servicios a los inmigrantes refiere que, aunque existen derechos para que los migrantes reciban cualquier tipo de atención médica urgente, para otro tipo de atención (como la sexual y reproductiva) los servicios son insuficientes.
Del total de inmigrantes mexicanos residentes en Estados Unidos, 5.9 millones de personas no cuentan con seguridad médica. Esta situación se vuelve crítica entre los migrantes que tienen 10 años o menos de residencia, ya que siete de cada 10 no pueden acceder a este servicio.
Entre quienes tienen más de 10 años de residencia, 45 por ciento cuenta con servicios médicos; sin embargo, todavía hay 2.7 millones de personas que no tienen garantizada esta atención.