Deuda social, pendiente del gobierno argentino
Buenos Aires, 29 de diciembre. Con el telón de fondo del conflicto no resuelto, por la decisión de Uruguay de instalar dos plantas papeleras sobre la margen de un río que comparten ese país y Argentina, el gobierno local cierra un año de fuerte crecimiento económico (9 por ciento) y serios remanentes de una deuda social que apenas se va restituyendo y esto se convierte en el talón de Aquiles para la administración de Néstor Kirchner.
La lentitud en la redistribución más justa del ingreso originó una enorme brecha entre ricos y pobres y es uno de los mayores reclamos populares en estos momentos.
A pesar de los logros económicos dentro de lo anunciado por el mandatario en 2003 de construir una economía capitalista de signo nacional, el problema más grave resulta no haber podido revertir la desigual distribución del ingreso.
Aún así, la cifra de pobreza cayó de más de 56 por ciento en 2002 a 33 por ciento con 15 de indigencia. También el desempleo llegó este año a poco más de 10 por ciento, pero en este caso economistas opositores estiman que una cifra real sería de 12 por ciento, ya que se contabiliza los desocupados que reciben un subsidio de 150 pesos (unos 50 dólares).
Recuperación del poder adquisitivo
El gobierno mencionó como otro logro la recuperación del salario real aunque el presidente debió realizar una cuidadosa ingeniería para sostener los precios, que amenazaron escaparse en varias oportunidades y disparar la inflación.
Asimismo, se señala que la inversión en educación a pesar de las carencias que aún existen corresponde 6 por ciento del PIB y se duplicó la inversión en educación pública y centros de educación.
Otros de los pendientes son la amenaza de una crisis energética, una seria herencia de la política de los años 90, donde se generó la desindustrialización nacional y otros esquemas que son de difícil reconstrucción. Los registros de estas últimas horas determinan un boom del consumo y un récord de exportaciones (45 mil millones de dólares) con un interesante dato: se logró relegar a un cuarto lugar a las exportaciones agrícolas.
Además de que la inversión fue de 21 por ciento, se destaca a nivel oficial una fuerte restricción del capital financiero especulativo, un sustantivo aumento del crédito y la bancarización, con una caída a 43 por ciento del empleo informal y en negro.
Ayer grupos de desocupados reclamaron un aumento de los subsidios familiares. En otro aspecto ahorristas defraudados hace cinco años conocieron la validación de la pesificación por la Corte Suprema de Justicia.