No me gustaría estar en la piel del cardenal: Raúl Vera
Rivera Carrera espera notificación sobre denuncias
En tanto no haya notificación oficial sobre las dos demandas que pesan en cortes de Estados Unidos contra el cardenal Norberto Rivera, y una tercera que está por presentarse en aquel país, la Arquidiócesis de México va a mantenerse en estado de espera para proceder jurídicamente sobre las acusaciones que por posible encubrimiento de pederastia se le imputan al religioso y a su homólogo de la ciudad de Los Angeles, Roger Mahony.
Hasta el momento, la oficina del prelado informó que Rivera Carrera se alista para oficiar sus celebraciones litúrgicas en la Catedral Metropolitana con motivo de fin de año y los abogados del arzobispo no pudieron ser consultados porque toman un breve receso.
Sobre las demandas, el obispo de la diócesis de Saltillo, Raúl Vera, refirió que es una situación muy penosa para la Iglesia católica del país el que se haya llevado ante tribunales la demanda de abuso sexual de religiosos a menores de edad, pero sobre todo el que se involucre a un representante de la envergadura de Rivera Carrera, quien, a decir del religioso, se encuentra en "una situación muy delicada y difícil. No me gustaría estar en la piel del cardenal, pues es una situación muy penosa".
Agregó que las denuncias tienen lugar porque en un tiempo la jerarquía católica "no le dimos importancia a la formación humana de presbíteros y al aspecto de justicia y en resarcir daños" causados a la feligresía por religiosos que han cometido delitos como el abuso sexual de menores.
"Estábamos replegados a nosotros mismos como Iglesia y no alcanzábamos a ver. Eso es lo más delicado, el que no captamos las cosas en cuanto al daño a terceros y esto es lo que cosechamos hoy
"Nos enfrentamos a una sociedad que tiene más conciencia en la dignidad y eso exige mayor perfección por parte de nosotros, mayor perfección humana y en las estructuras de la Iglesia. Debemos tener mayor perfección en la sensibilidad y justicia", expuso Vera López.
Ante la nueva realidad social que enfrentan los religiosos en el país por la cultura de denuncia que se fomenta, el prelado aseguró que la Iglesia católica debe poner fin a las complicidades en cualquier delito, pero sobre todo, agregó, cada obispo debe enfrentar sus realidades en sus ámbitos pues "es una cuestión de responsabilidad de las diócesis con los sacerdotes y sus fieles.
"Entre más concretamente respondamos a eso dijo más efectivos somos. No le tenemos que cargar a otras instancias la responsabilidad que tenemos como Iglesia. La justicia se resuelve en concreto: la persona que dañe y la dañada. El derecho de la Iglesia es muy claro: se nos obliga a resarcir la injusticia", subrayó.