Se estima que 95 millones abandonaron su país de origen en busca de mejorar su vida
Detectan notable aumento en la cantidad de mujeres migrantes
La discriminación de género se suma a las ya de por si graves precarias condiciones de trabajo
Ampliar la imagen Las indígenas mazahuas también forman parte de los grupos de mujeres que migran a Estados Unidos Foto: J. Guadalupe Pérez
En el mundo, 95 millones de mujeres han migrado fuera de sus lugares de origen en busca de empleo, por reunificación familiar o para contraer matrimonio. Desde hace más de una década representan casi la mitad de todos los migrantes internacionales, estimados en 195 millones de personas.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), en su informe 2006, destaca que a pesar de que representan 49.6 por ciento del total de quienes viven fuera de sus países natales y que las remesas que envían a sus lugares de origen representan una "importante vía" para impulsar el desarrollo y disminuir la pobreza, "enfrentan riesgo y obstáculos desproporcionados por el simple hecho de ser mujeres".
A las condiciones de trabajo precario se suman la discrimación tanto en su lugar de origen como de destino, malos tratos y explotación, así como a un mayor riesgo de ser abusadas y hostigadas sexualmente, además de sufrir coacción para ofrecer favores sexuales a cambio de protección o de permiso para cruzar fronteras.
Considerado por los expertos como la "migración silenciosa", las mujeres que han decidido abandonar su lugar de origen por motivos no vinculados al matrimonio ni a la reunificación familiar ha crecido de manera constante en décadas pasadas, pues cada vez es mayor el número de mujeres migrantes que deciden buscar una mejor calidad de vida más allá de sus fronteras.
Si bien los primeros estudios revelan que aún se ocupan en actividades "tradicionalmente femeninas" como tareas domésticas, sector servicio y trabajo sexual, que representan en la mayoría de los casos empleos inestables, bajos salarios, ausencia de servicios sociales y deficientes condiciones de trabajo, inclusive si se trata de una estancia legal en el país de destino, deciden migrar debido a obligaciones familiares, desempleo, bajos salarios, pobreza y escasas oportunidades sociales y económicas.
El informe del UNFPA destaca que tan sólo en América Latina y el Caribe, desde 1990 las mujeres migrantes se convirtieron en las primeras en alcanzar la paridad numérica con los hombres que abandonan el país de origen, en una clara tendencia a la feminización de la migración hacia América del Norte, Europa y algunas regiones de Sudamérica.
Campesinas, meseras, enfermeras, empleadas domésticas, profesionales, maestras, artistas del espectáculo, recepcionistas, trabajadoras del sexo, refugiadas y solicitantes de asilo, las migrantes han comenzado a ser consideras un factor importante para comprender y analizar el fenómeno migratorio internacional.
Liliana Meza González, coordinadora del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana (UIA), aseguró que de acuerdo con estimaciones recientes 11.2 millones de mexicanos residen actualmente en Estados Unidos, de ellos 5.9 millones son indocumentados.
Agregó que 48 por ciento de los trabajadores migrantes de origen mexicano que laboran en ese país son mujeres, aunque el flujo migratoria "aún reporta un mayor número de hombres que intentan cruzar la frontera, la participación de las mujeres se sigue incrementando".
No obstante, reconoció que el proceso migratorio de las mexicanas enfrenta "serias condiciones de vulnerabilidad tanto por su condición de migrantes como de mujeres, pues es mucho más difícil para una mujer cruzar la frontera y acceder a un empleo digno que para un hombre".
Las mujeres, indicó, suelen ser menos móviles que los hombres, son más jóvenes y suelen establecer lazos sociales y familiares más sólidos, por lo que no se tiene un registro muy preciso de cuántas regresan a sus lugares de origen, ya que siguen un patrón de migración en el que logran cruzar la frontera, acceden a empleos más estables y ante los riesgos que implica un nuevo "cruce" deciden permanecer en Estados Unidos.
De acuerdo con estadísticas recientes, afirmó que las mujeres mexicanas suelen migrar menos por razones laborales, pero tienden a iniciar el proceso migratorio cuando han logrado asegurar un estatus legal, aunque se estima que 61 por ciento ingresa de forma indocumentada, contra un 76 por ciento de los hombres.
Por lo que respecta al nivel de instrucción, destacó que en las mujeres la educación aumenta las posibilidades de migrar, mientras que es poco significativo para los hombres, pues se estima que 19 por ciento de los varones con maestría labora en Estados Unidos, contra 29 por ciento en el caso de las mujeres. En el caso de los doctorados 32 por ciento de los varones y 39 por ciento de las mexicanas, trabajan fuera de nuestras fronteras.
Meza González, especialista en temas migratorios, afirmó que es necesario impulsar un acuerdo que permita regular "no sólo el flujo de connacionales que ingresa de forma indocumentada, sino fortalecer los beneficios que reciben México y Estados Unidos por el trabajo que realizan millones de migrantes".
Destacó que si bien existe un sector de empleadores que se "beneficia de las condiciones de empleo precario que se ofrece a los indocumentados, a la larga es más benéfico establecer reglas claras, pues sin duda el trabajo de hombres y mujeres jóvenes genera riqueza, a pesar de los gastos de atención social y educación que demanda esta nueva población".