Publica su libro de Corazón de piedra. Crónicas gozosas de la ciudad de México

Invita Angeles González Gamio a hacer un recorrido histórico por el Centro

Es importante tener un testimonio ante el peligro cambiante de nuestro entorno, señala

FABIOLA PALAPA QUIJAS

Angeles González Gamio hurga en el pasado de las plazas, mercados, hospitales, calles, casonas, palacios y escuelas para revelar la historia que guarda el Centro Histórico, en el libro Corazón de piedra. Crónicas gozosas de la ciudad de México.

La cronista invita a descubrir la ciudad pro medio de 120 crónicas que dan testimonio de la vida capitalina de tres lustros, y proporciona información histórica, datos, referencias culturales y gastronómicas para recorrer los barrios y colonias del centro de la ciudad.

Las crónicas que son una viva imagen de la ciudad de México y permiten captar su vitalidad y grandeza, se publicaron en La Jornada entre abril de 1992 y marzo de 2006.

Para González Gamio, "la cultura mexicana es una de las más ricas del mundo por su arquitectura, escultura, costumbres, leyendas y gastronomía. Toda la riqueza maravillosa de los mexicanos es lo que presento en las páginas del libro".

Abundó que la gente debe conocer el patrimonio del Distrito Federal, no sólo por la belleza de las edificaciones, sino por la historia que guardan, ya que existen construcciones que datan desde la época de los aztecas.

A manera de ejemplo señaló que el Palacio de Moctezuma, heredado de su padre el emperador Axayácatl, mismo que tras la conquista alojó las famosas casas nuevas de Hernán Cortés, es actualmente el Monte de Piedad.

Asimismo, resaltó la labor del cronista porque permite conocer la historia de varios inmuebles que ya no existen o se desconocen datos del lugar. "Hay sitios que no son los mismos, por eso es importante tener un testimonio ante el peligro cambiante de nuestra ciudad".

De las tradiciones que aún existen en el país, González Gamio destacó la mayordomía, que consiste en organizar las fiestas patronales de determinada región. El mayordomo es quien recibe la encomienda y asume la responsabilidad de los festejos.

"En la ciudad de México hay gente que se anota en una lista para ser mayordomo dentro de 20 años. En el caso de que sea un anciano, su hijo es el sucesor y deberá cumplir con la encomienda."

Agregó que "es importante preservar estas costumbres porque son la fuente de identidad. De tal forma que la gente conoce la historia de su lugar y la riqueza prehispánica que tiene".

Sobre el título del libro Corazón de piedra, editado por Miguel Angel Porrúa, explicó que "la ciudad tiene piedras maravillosas, no sólo el tezontle que utilizaron los aztecas. Es fascinante nuestro pasado porque debajo está la antigua ciudad mexica, que ahora llamamos Centro Histórico, lo demás eran villas separadas como Coyoacán, Mixcoac o Azcapotzalco".

Para la autora es importante que los habitantes descubran sitios añejos de la ciudad que conservan valiosos vestigios, antiguas villas, pueblos, colonias y barrios que hablan de la riqueza patrimonial que existe desde la época prehispánica.

González Gamio destaca en el libro la variedad de productos para la gastronomía y sugiere lugares para ir a comer como el restaurante El Bajío, ubicado en avenida Cuitláhuac 2709, donde se prepara mole con pato o pollo, así como las garnachas orizabeñas y el chicharrón.

La autora expresó que la arquitectura refleja la época de una ciudad, y en el caso de México, se puede observar viviendas de tipo virreinal, de estilo barroco, clásico y edificios con decoración art déco.

Señaló que Porfirio Díaz en su afán modernizador, dio instrucciones de demoler el edificio colonial del Palacio de Correos para construir un elegante inmueble parecido a los palacios venecianos con fachada de cantera dorada.

"El inmueble es fiel testimonio de una época deslumbrada por las modas europeas y fue construido por el arquitecto italiano Adamo Boari, autor también del Palacio de Bellas Artes".

González Gamio, colaboradora de La Jornada, enfatizó que desde hace más de 40 años no se han construido mercados en la ciudad, a diferencia de los grandes centros comerciales que invaden cada vez más la ciudad de México.

Señaló que "en los mercados puedes elegir entre seis montones de ajos, que van de los pequeñitos amarillosos a unos enormes, jugosos, de piel violácea, cuyos dientes semejan por el tamaño, gajos de mandarina. Los precios varían de acuerdo con la calidad y frescura".

Corazón de piedra es una guía que orienta al lector para llegar al claustro, la plaza, el hospital, el teatro, el restaurante y hasta el pequeño comercio que sólo cuenta con un letrero.

La cronista comparte un paseo por el Centro Histórico, que inicia por la plaza de El Caballito, monumental escultura del chihuahuense Enrique Carvajal Sebastián; describe el Paseo de la Reforma y su prolongación, el antiguo Paseo de Bucareli, la avenida Juárez y la Guerrero.

En las páginas del libro, la autora relata la historia de la primera imprenta de América, los oficios que todavía están vigentes en nuestra época, los pueblos chinamperos que tiene Xochimilco, inclusive da cuenta del templo de los aficionados a la lucha libre: la arena coliseo, que está situada en la calle de Perú.

La autora también incluye un texto sobre el Palacio de la Autonomía, ubicado enfrente del Templo Mayor y la calle Licenciado Verdad, donde se pueden admirar los baños con tinas y lavabos, pedazos de muros y pisos recubiertos de azulejos del siglo XVII, y espléndidos vitrales franceses con flores que adornan una de las escaleras con herrería original.