Usted está aquí: jueves 28 de diciembre de 2006 Mundo Magistrado de Argentina estudia llamar a declarar a la ex presidenta Isabelita Perón

María Estela Martínez, corresponsable en crímenes de lesa humanidad de la Triple A

Magistrado de Argentina estudia llamar a declarar a la ex presidenta Isabelita Perón

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 27 de diciembre. María Estela Martínez de Perón, Isabelita (1974-1976), ex presidenta de Argentina, podría ser convocada a declarar en la causa que estableció la responsabilidad del Estado en los crímenes de lesa humanidad cometidos por la parapolicial Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) en ese periodo y por la cual el juez Norberto Oyarbide solicitó a España la extradición del ex policía Rodolfo Eduardo Almirón, ex jefe de esa organización criminal.

La Triple A fue creada por José López Rega, oscuro cabo de policía que logró instalarse junto a Juan Domingo Perón en su exilio en Madrid y fue ministro de Bienestar Social y secretario privado de Isabelita.

La ex presidenta difícilmente podrá eludir su responsabilidad ya que en los elementos de prueba presesentados en los años 70 ­base de la actual acción judicial­ se menciona "una reunión de gabinete" del 8 de agosto de 1974 en la residencia oficial de Olivos, presidida por ella y "en que, previa proyección de diapositivas con la imagen de quienes serían asesinados por sus supuestas responsabilidades en actividades subversivas, se habría determinado la eliminación de Julio Troxler".

Este era un militante peronista sobreviviente de los fusilamientos de 1956, quien participó en un intento de levantamiento contra la dictadura militar que se impuso tras el derrocamiento de Perón en 1955 y había sido nombrado subjefe de la policía de la provincia de Buenos Aires por el ex presidente Héctor Cámpora en su breve y progresista gobierno (1973-1974).

Según la resolución del magistrado, la Triple A actuó mediante hechos "que obedecían a circunstancias políticas con un contexto también ideológico y todo montado desde el aparato propio del Estado", y bajo ese amparo estatal "obtenían (sus miembros) la garantía de impunidad".

Definió a esa organización como "una auténtica asociación ilícita que realizó "una práctica generalizada de delitos", lo que constituyó "una gravísima violación contra los derechos humanos, justamente porque fueron implementados desde el Estado mismo y por sujetos que respondían al propio poder".

Es la primera vez que se juzgará en estos términos a la Triple A, considerada la "antesala del infierno" de lo que fue la dictadura militar (1976-1983). La organización asesinó a entre mil 500 y 2 mil personas, y hubo secuestros, desaparecidos y también miles debieron exiliarse.

Pero López Rega y su organización recibieron apoyo del ex embajador de Estados Unidos Robert Hill, quien tejió los lazos entre éste y los jefes de los escuadrones de la muerte en Centroamérica, especialmente en Guatemala, lo que continuó durante la dictadura militar.

Almirón llegó a España de la mano de López Rega cuando éste cayó en desgracia a finales de 1975, y bajo el amparo de los grupos fascistas españoles fue custodio de Manuel Fraga Iribarne, fundador de la Alianza Popular, organización precursora del actual Partido Popular.

"Fue partícipe del asesinato de dos españoles y sus protectores le aseguraron el futuro a cambio de discreción", señala el diario Clarín. A tal punto que al ser requerida su extradición Almirón estaba viviendo en Valencia en un departamento pagado por el Partido Popular.

La causa original es de 1975, cuando fue presentada con numerosas pruebas, e involucra a López Rega, quien murió fuera del país en 1989, y a los comisarios Juan Ramón Morales y Almirón, quienes también eran custodios de Isabelita.

Almirón será extraditado por cuatro asesinatos, entre otros centenares, cuando decenas de balazos y huellas de torturas eran la "marca registrada" de la tristemente famosa Triple A.

Almirón no sólo sabe de esto, sino también la Triple A y los grupos nacionalistas de derecha que participaron en la Operación Colombo junto con la policía política del dictador Augusto Pinochet y también en crímenes de la Operación Cóndor como el asesinato del general chileno Carlos Prats y su esposa Sofía, refugiados en Buenos Aires en septiembre de 1974, entre otros.

Tati Almeida, de Madres Fundadora de Plaza de Mayo, comenzó su lucha en 1975 con otras mujeres: "Nos llamábamos con otras queridas compañeras 'madres del 75', porque nuestros hijos habían sido secuestrados, asesinados y desaparecidos por la Triple A. Fue ese un tiempo de terror y sentíamos que la impunidad iba dejando afuera esta historia, ya que con la dimensión que tomó la dictadura militar y sus crímenes pareció que esa antesala del infierno quedaba atrás y que nunca iba a haber castigos. Siento por las que ya fallecieron sin ver esta pequeña luz de justicia que se abre ahora".

La triple A, además de trabajar con todas las organizaciones terroristas de la derecha en la región, también lo hizo con los grupos cubanos del exilio de Miami, los fascistas italianos y españoles y también con el Ejército Secreto de Francia, como también los nazis de Croacia y del mundo.

Lo que entristeció el ambiente, en cambio, fue el fallecimiento, el pasado 24 de diciembre, de Nilda Falcone, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, ciudadana ilustre de la ciudad de La Plata, lugar donde su hija adolescente María Claudia fue secuestrada junto con otras compañeras del colegio y desaparecidas en la trágica historia conocida como la Noche de los Lápices, en 1976.

 
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