Tendrán que redefinir su relación con el electorado en la renovación de 3 gubernaturas
PRI, PAN y PRD, en la disputa para los comicios de 2007 en varios estados
Deberán evitar divisiones y escisiones, además de reducir el descrédito que enfrentan
Frente a los comicios estatales que se realizarán el próximo año, los tres principales partidos políticos del país encaran el desafío de ratificar sus triunfos en las gubernaturas en disputa, y mantener o remontar los espacios en los que se ubicaron luego del proceso electoral del 2 de julio. Para ello, tendrán que renovar su oferta de gobierno, redefinir su relación con los electores, evitar divisiones y escisiones y reducir el descrédito social que padecen.
En las elecciones de 2007 se renovarán tres gubernaturas: la de Yucatán, Baja California y Michoacán; mil 67 alcaldías, y 269 diputaciones de mayoría relativa y 170 de representación proporcional en los estados ya citados y en Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Veracruz, Chiapas, Sinaloa, Puebla, Tamaulipas y Tlaxcala. En total estarán en disputa mil 506 cargos de elección popular.
Por las cifras que se han registrado en los últimos 10 años, se prevé que en la mayoría de los estados la competencia será entre el PRI y el PAN, aunque debido a la caída de las preferencias electorales que tuvo el tricolor en julio de 2006, el PRD no ve difícil entrar a la contienda.
Con las características anteriores se encuentran los comicios de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Yucatán. En Baja California se vislumbra el predominio del PAN, aunque el PRI buscar meterse a la competencia. En Veracruz y Zacatecas la disputa será tripartidista y en Tlaxcala entre el PRD y el PAN. Para el PRI, el desafió de 2007 consiste en remontar los bajos resultados electorales que obtuvo en julio pasado y que lo llevaron al tercer lugar en las preferencias de los ciudadanos. Ello en medio de la disputa natural que se da entre los candidatos y el proceso de sucesión en la directiva nacional, la cual ya evidencia un enfrentamiento entre grupos y la posibilidad de nuevos rompimientos, pese a que ni siquiera se ha dado a conocer la convocatoria respectiva.
Los esfuerzos del PRI por tener una mayor presencia electoral se registrarán teniendo como telón de fondo una política de alianzas con el PAN, por medio de la cual este partido ha obtenido un trato artificial de cogobierno.
En tanto, el PRD tiene enfrente el reto de ratificar el sustancial crecimiento que registró en las urnas en los comicios presidenciales de 2006 y remontar las eventuales consecuencias del movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador, en reclamo por el fraude electoral del que, asegura, fue objeto.
Trinidad Morales, secretario de elecciones del PRD, consideró viable ratificar la votación del 2 de julio. Ese día, el perredismo obtuvo la mayoría en los estados de Zacatecas, Tlaxcala, Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Michoacán, mientras que en Yucatán, Baja California, Chihuahua, Durango, Aguascalientes, Sinaloa, Puebla y Tamaulipas tuvo un amplio crecimiento. En estas entidades el perredismo registro en el año 2000 porcentajes de votación de entre 4 y 12 por ciento, mientras en 2006 llegó a obtener 17 por ciento en promedio.
El dirigente del PRD, Leonel Cota Montaño, señaló que 2006 fue un año "muy positivo" para su partido y que el 2 de julio dejó atrás su carácter regional para consolidarse como un instituto político nacional, pues en todos los estados su votación creció, para quedar en 30 por ciento. Sin embargo, admitió que este instituto político debe reforzar su presencia en el norte y noroeste del país, pues en entidades como Durango, Sinaloa, Baja California y Chihuahua alcanzó apenas 17 por ciento de la votación.
Por su lado, los panistas cargan con el escepticismo de una parte de la sociedad respecto de procesos electorales imparciales, luego de la intervención directa del ex presidente Vicente Fox en apoyo al entonces candidato panista Felipe Calderón Hinojosa, además del estrecho margen que le dieron las urnas para ocupar la primera magistratura.
Pese a ello, José Espina, secretario general del blanquiazul, dijo que su partido tiene buenas perspectivas para 2007. "Para nosotros es importante volver a ganar la gubernatura en Baja California y en Yucatán, y hay una gran expectativa de que también podemos lograrlo en Michoacán", subrayó.
Desestimó un eventual triunfo del PRI en Baja California, con Jorge Hank Rhon como candidato a la gubernatura, ya que este personaje tiene un gran desprestigio social en la entidad. No obstante, la eventual victoria del PAN va a depender mucho de la selección de los candidatos y la estrategia electoral que se siga, aceptó.
En esta línea, expuso que en su partido apenas se inició la planeación electoral para el siguiente año, y que en enero se terminará dicho proceso. De manera realista señaló que no se podría fijar como meta tener la misma votación de 2006, pues las dinámicas son diferentes entre un proceso electoral federal y uno estatal.