Su ''comportamiento criminal'', tema de la nueva novela de Francisco Martín Moreno
La Iglesia católica ''ha torcido una y otra vez el destino'' del país
México ante Dios es un llamado para no dejarla recuperar terreno, alerta el escritor
Su denuncia es contra la jerarquía eclesial y no un ataque a la libertad de culto, subraya
Ampliar la imagen No podemos permitir que la Iglesia católica tenga un canal de televisión o que implante clases de religión en las aulas, porque es ahí donde empieza el negocio, advierte el novelista Francisco Martín Moreno Foto: La Jornada/ Archivo
Históricamente la Iglesia católica en México se ha caracterizado como una institución ávida de poder económico y político, y para conseguirlo o conservarlo ha recurrido sistemáticamente a un ''comportamiento criminal" que ''han torcido una y otra vez" el destino del país.
Las ''atrocidades del alto clero" en ese sentido fueron decisivas en varios de los conflictos políticos y militares que marcaron el siglo XIX mexicano: se opuso a la Constitución de 1824 y se alió con Santa Anna para derrocar a Valentín Gómez Farías; se opuso a la Constitución de 1857, provocó la Guerra de Reforma y promovió la intervención francesa en contra del gobierno de Benito Juárez; también apoyó a Porfirio Díaz para que llegara al poder, donde éste se mantendría durante 30 años.
Es la Iglesia que poseía 65 por ciento de los bienes inmuebles del país; la que financió golpes de Estado y la Guerra de Reforma con las limosnas de los feligreses; la que construía cárceles clandestinas y contaba con su propio ejército.
Esta ''historia criminal del clero en el siglo XIX" es tema de la novela más reciente de Francisco Martín Moreno (DF, 1946), México ante Dios, publicada por Alfaguara.
Los protagonistas centrales de la novela son dos personajes ficticios, de los que Francisco Martín Moreno se vale para contar hechos reales sobre una sólida base documental e histórica.
En entrevista, el autor se refiere a México ante Dios como un recordatorio y una advertencia.
Aliados con el actual poder político y económico, los jerarcas pretenden volver por sus fueros y por su poder económico: ''Tenemos que conocer el comportamiento que históricamente ha tenido la Iglesia y estar listos para no dejarla recuperar terreno y avanzar; no podemos permitir que tenga un canal de televisión o que implante las clases de religión en las aulas porque es ahí donde empieza el negocio.
''Los hijos de esos alumnos serán bautizados, y el bautizo se cobra; harán la primera comunión, y por eso se cobra; se casarán por la Iglesia y pagarán por todos los servicios religiosos. Y todos esos ingresos están exentos de impuestos. Imaginemos tan sólo los ingresos que recibió la Iglesia por limosnas el pasado 12 de diciembre, no sólo en la Basílica de Guadalupe, sino en todo el país.''
En este punto, remarca que México ante Dios es una denuncia contra la jerarquía católica, pero de ningún modo es un ataque a la religión, a las creencias de la gente.
Ahora golpean desde el anonimato
Francisco Martín Moreno también hace notar que en la escuela se nos enseña quiénes son los intelectuales liberales del siglo XIX que lucharon contra la voracidad de la Iglesia, pero no se dicen los nombres de los jerarcas católicos que una y otra vez torcieron el destino de México: Francisco Javier Miranda, Jesús de Clemente y Munguía, Francisco Pablo Vázquez Vizcaíno, Matías Monteagudo. El escritor dice en su novela quiénes son y qué hicieron.
¿Hay un punto de comparación entre esos personajes y gente como Norberto Rivera u Onésimo Cepeda? Martín Moreno considera que sí, ''aunque no tienen la misma preponderancia que tuvieron en el siglo XIX. De cualquier modo, tienen una influencia enorme, no hay un secretario de Estado que les niegue audiencia; y no sólo actúan por sí mismos sino también a través de personajes reaccionarios, empresarios de la extrema derecha, dispuestos a financiar cualquier esfuerzo para quedar bien con la Iglesia.
''Tienen mucha fuerza, mucho poder, pero ahora golpean desde el anonimato, a través de testaferros y siguen siendo especialmente hábiles en aventar la piedra y esconder la mano."
Por eso, insiste Francisco Martín Moreno, ''es importante que estemos alertas y luchemos para que regresen a los templos y las sacristías. Basta de que sigan vendiendo pedacitos de cielo a cambio del sometimiento y la resignación de los feligreses".