Usted está aquí: domingo 17 de diciembre de 2006 Política Protestan cañeros por incremento a impuesto especial

Protestan cañeros por incremento a impuesto especial

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El líder de la Unión Nacional de Cañeros, Carlos Blackaller Ayala, rechazó el incremento del impuesto especial sobre producción y servicios para los refrescos, que aprobó la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.

Establecer un nuevo impuesto a los refrescos elevará el precio de ese producto, con lo que se disminuirá su consumo y por lo tanto la utilización de azúcar en su producción, consideró el dirigente de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR).

Según apuntó,, la aprobación de ese impuesto afectará la capacidad de compra de la población. Ante esa situación, previó, el impacto puede ser de tipo lateral y no directo a la industria refresquera, que sería, en la lógica, lo esperado.

Recordó que México es el segundo consumidor de refrescos en el mundo y por ello el alza en el precio quizá no disminuya la ingesta, pero habrá menos dinero para comprar otras cosas.

El incremento al precio de los refrescos repercute indirectamente en los cañeros, porque en caso de reducirse el consumo de refrescos, bajaría entonces la demanda de azúcar, lo que generaría una sobreoferta de este producto, lo cual afectaría el precio de la caña.

Blackaller Ayala consideró que ese nuevo impuesto es incorrecto, debido a que es netamente recaudatorio sobre un producto que es de consumo nacional y popular, y de alguna forma lo único que hará es encarecerlo y deteriorar la economía doméstica.

Por ello, dijo, la propuesta de los cañeros al pleno de la Cámara de Diputados es que el impuesto especial a los refrescos se mantenga sin cambios y que el gobierno federal, la industria azucarera y los productores de caña trabajen conjuntamente en un proyecto adecuado respecto a dicho gravamen.

Además plantean que el Poder Legislativo apoye haciendo lo que sea más conveniente para no perjudicar a las industrias de la caña de azúcar y embotelladoras.

Recordó que el actual impuesto especial a la producción de refrescos es de 20 por ciento y sólo aplica en el caso de que no se utilice azúcar en su producción.

El gravamen actual pretende una protección al azúcar mexicana, pero es perjudicial para el bolsillo del mexicano, indicó.

 
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