Usted está aquí: sábado 16 de diciembre de 2006 Disquero Celebraciones multiplicadas

Celebraciones multiplicadas

Pablo Espinosa

La actividad sinfónica mexicana culminará este año en la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl con una celebración múltiple: el trigésimo aniversario de ese templo del conocimiento; el cumpleaños 25 de su vecina, la Sala Carlos Chávez, receptáculo de privilegio de la música de cámara del mundo, y los primeros 70 años de la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), cuya casa es precisamente la sala treintañera.

Esta fiesta formidable ocurrirá hoy sábado 16, a las 20 horas, en la Sala Nezahualcóyotl, con otro festejo fundamental: el cierre del Año Shostakovich luego de una serie de conciertos durante todo 2005, donde sonaron partituras del compositor soviético fallecido hace un siglo.

(El Año Mozart culminó en la Sala Nezahualcóyotl dos semanas antes, con el ciclo completo de los Conciertos para Alientos de Volfi, con la Academia de Música Antigua de Berlín y el último sábado hubo pastel y estuvieron presentes ­representados en vivo y en traje de cáracter­ Constanza, Nannerl, Salieri y El Maestro.

Para esta noche, en el vestíbulo de la Sala Nezahualcóyotl se montó una exposición con fotografías, planos, maquetas y documentos alusivos a las tres conmemoraciones, y en el intermedio del concierto del domingo se entregarán reconocimientos a algunas de las personas que han trabajado todos estos años en la construcción y vida de los dos recintos y la orquesta.

Para cerrar el Año Shostakovich, la OFUNAM pondrá en vida esta noche (el concierto se repetirá mañana al mediodía) el Primer Concierto para Piano, Trompeta y Cuerdas de don Demetrio Shosta. Antes, sonará una obra de la mexicana Hilda Paredes y después la Séptima Sinfonía de Beethoven.

Todo este contexto enmarca el cierre de un año en el que las partituras de Mozart y Shostakovich han sonado intensamente por doquier. El compositor austriaco seguirá con su presencia habitual y constante, pero el segundo es deseable que permanezca en el interés de los programadores y del público.

Estamos hablando de un compositor prácticamente desconocido y que gracias a la celebración de su centenario se presenta la oportunidad de acercarse a una música, la suya, tan majestuosa como íntima, apoteósica como tranquila, humorística como profunda.

Por lo pronto, quedan los discos. Sugerimos, luego de que escuchamos en vivo las sinfo-nías enteras con la OFCM y con la OFUNAM, acercarse a la música de cámara de Shostakovich. La conocida marca Brilliant, célebre por sus precios muy bajos y su contenido muy alto, pone en un álbum triple música conmovedora, emotiva, hilarante, intensa, la gloriosa música de Dmitri Shostakovich, ese gran desconocido de las mayorías pero hoy al alcance de todos. Celebremos.

 
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