Lo ideal es que no se venda, así todos ahorran: funcionario
El alza al precio del cigarro inhibe el consumo, afirma la Ssa
En materia de combate al tabaquismo, lo prioritario para la Secretaría de Salud (Ssa) es que se incrementen los impuestos y con ello se eleve el precio de los cigarros. Esta es una de las medidas más eficaces para inhibir el consumo, principalmente entre los jóvenes, y al mismo tiempo prevenir las enfermedades graves asociadas a esta adicción, afirmó Mauricio Hernández Avila, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
Resaltó que en México, la industria tabacalera ocasiona un gasto cercano a los 29 mil millones de pesos por año. Para el Instituto Mexicano del Seguro Social, la inversión que realiza en la atención de los derechohabientes que padecen alguna de las enfermedades asociadas al tabaquismo, representa 4 por ciento de su presupuesto.
Por ello, explicó, para el país "sería un negocio redondo" si se lograra aumentar el impuesto al consumo de tabaco y, al mismo tiempo, asignar los recursos que se recauden por la vía fiscal, a las instituciones de salud para que puedan solventar los gastos de los tratamientos clínicos, así como para fortalecer las campañas de prevención y con ello, además, contender con la promoción que hacen las compañías tabacaleras.
En entrevista, luego de la inauguración de la reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Salud, el funcionario se refirió a la decisión tomada por las comisiones de Hacienda de las cámaras de Diputados y Senadores de rechazar la iniciativa de ley presentada por el gobierno federal que establece la aportación de seguridad social para atender las enfermedades por tabaquismo que provocan gastos catastróficos, y en su lugar aumentar el gravamen por la vía del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
Esta propuesta había sido delineada ya por el ex secretario de Salud, Julio Frenk Mora, como la alternativa para asegurar que el sector continuará recibiendo los recursos económicos generados por el impuesto al consumo del tabaco, tal como ocurrió en el periodo de 2004 a 2006, en que estuvo vigente el convenio entre la Ssa y las tabacaleras, por el que éstas aplicaron al consumo un impuesto especial de un peso por cajetilla.
Los recursos así generados fueron utilizados por la Ssa para diversas acciones de salud, entre otras, el financiamiento de tratamientos médicos de niños con leucemia linfoblástica aguda y de las mujeres con cáncer cérvico-uterino, así como para la construcción de la nueva torre de hospitalización del Instituto Nacional de Cancerología.
Frenk Mora explicó, en su momento, la conveniencia de que los fumadores aportaran con el pago del impuesto al tabaco, los recursos que el sector salud requiere para cubrir los costos de los tratamientos de enfermedades graves vinculadas con el consumo de cigarros.
Planteó la importancia de que los legisladores aprobaran este mecanismo, y no hacerlo a través del IEPS, porque entonces no habría garantía de que el monto recaudado regresara al sector salud.
Ayer Hernández Avila planteó que de no ocurrir como estaba previsto en la iniciativa presentada por el Ejecutivo, "también es muy bueno para la salud pública porque vamos a ver cómo disminuye el tabaquismo en los jóvenes" y se van a reducir los gastos.
Recordó que la Encuesta Nacional de Adicciones 2002 reveló un aumento de 3 por ciento en la prevalencia del tabaquismo entre los jóvenes. Las mujeres de este grupo de edad fuman casi con la misma frecuencia que los hombres, lo cual significa que la población femenina también es víctima de la publicidad de las tabacaleras.
Por eso, dijo, aun cuando los impuestos no regresaran como financiamiento para la salud, "lo importante es que suban porque la del tabaco es una industria que le cuesta mucho dinero al país. El mayor empleo que generan las tabacaleras es para los médicos, quienes tienen que contender con las enfermedades que ocasionan". De hecho, agregó, lo ideal para la Ssa sería "que no se vendiera el cigarro. Todos ahorraríamos".