Abren exposición de Carlos Quezada Manfretti
Plasma pintor sus emociones sobre los siete pecados capitales
¿Puede el color representar un estado de ánimo o, mejor aún, emociones tan complejas como la ira, la soberbia o la lujuria? Ese es el tipo de retos a los que se enfrenta cotidianamente el pintor Carlos Quezada Manfretti para plasmarlas en grandes lienzos o en miniaturas llenas de sinceridad y emoción.
Con el título Siete días hoy se inaugura, a las 20:30 horas, la exposición que reúne la producción reciente del artista en la galería Segundo Piso (Alvaro Obregón 61, esquina Mérida, colonia Roma).
A Quezada Manfretti le interesa explorar valores como el respeto y el cuidado del medio ambiente, pero también las llamadas bajas pasiones, que se agrupan en los siete pecados capitales (pereza, envidia, avaricia, ira, lujuria, gula y soberbia) y de qué manera pueden éstos ser plasmados en un lienzo.
La muestra, asegura el artista, ''nos invita a reflexionar sobre este ciclo de tiempo en el que transitamos cotidianamente y donde nos enfrentamos y padecemos la indiferencia al medio ambiente, al equilibrio de la naturaleza".
Pero la falta de respeto no para allí: ''no nos interesan lo diferente, la otredad, los espacios", sin embargo, el respeto ''refleja la condición, madurez y civilidad de cualquier sociedad".
Llevadas a la pintura, de carácter gestual y abstracto, estas ideas han dado vida a la serie Mottainai (concepto japonés que invita a la conservación de los recursos). En ella, el pintor señala la importancia de tener conciencia y practicar en los hechos el cuidado ambiental. Utiliza los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego) para fundamentar el contenido de su propuesta plástica, además de señalar otros tres valores: renovar, reciclar y reutilizar.
En la serie dedicada a los siete pecados capitales, Quezada Manfretti hace una analogía entre el transitar de los días de la semana con estos actos. El lunes le corresponde a la pereza, el martes a la envidia, el miércoles a la avaricia, el jueves a la ira, el viernes a la lujuria, el sábado a la gula y el domingo a la soberbia. Así, trata de evidenciar que, en todo momento, nuestros actos pueden ser trastocados, seducidos y amenazados por los pecados capitales.
Y aclara: ''La ira tras un día de espeso tráfico, la pereza ante un lunes de trabajo, la envidia de no tener lo que deseamos, son algunos ejemplos de estos actos que si no son controlados nos llevan a entrar en estados mentales que padecemos sin darnos cuenta y en algunos casos se vuelven críticos para llevar una vida normal, como la depresión, angustia, tristeza y soledad".
Pintura de ''estómago y emociones''
Para Quezada Manfretti el color es muy importante y, cuando pinta, su utilización está ligada a sus estados emocionales. ''Me interesa el color, utilizo una paleta de colores cálidos, y blanco y negro para acentuar el carácter del color, pero también me puedo pasar a una paleta fría de azules y verdes. El color no tiene límites, mi pintura es de estómago, de emociones, de un hacer en el instante".
Paulina Bracho González, curadora y directora de la galería Segundo Piso, resume: ''en la serie Diálogos con el color, el pintor se lanza a descifrar las cualidades, o bien, las personalidades de los colores en su interior creativo y sicológico (...) Su propuesta se desarrolla a partir de una comunicación con la expresión sumamente pura y libre, vertida en las superficies casi de manera intuitiva; el grado de fuerza que alcanzan sus trazos hace que éstos se traduzcan en gestos. La obra se dirige directamente a la sique y alcanza en su materialidad un sentido que la equipara a la de la escritura".