LA MUERTE DE PINOCHET
Sin Pinochet el mundo es más respirable: Aldhu
Ampliar la imagen Chilenos residentes en España se manifiestan en el centro de Madrid por el deceso del ex dictador Foto: Reuters
La Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (Aldhu) dijo que la muerte de Augusto Pinochet hace que el mundo sea más respirable, abogó por que los más de 45 mil crímenes atroces que cometió deben seguir siendo investigados y sancionados y lamentó que la justicia chilena no haya tenido la estatura moral ni la dignidad para condenarlo por más de 400 casos probados.
"Ha sido una coincidencia divina que Pinochet haya muerto el mismo día que celebramos el 58 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos", señaló el organismo que preside el chileno Juan de Dios Parra, con sede permanente en Quito.
En tanto, el gremio de la prensa chilena repudió las agresiones que sufrieron la reportera española María José Ramudo, de Televisión Española, y otros periodistas durante el velatorio y las exequias del ex gobernante de facto, así como la pasividad de la policía, por lo que llamó al gobierno de Michelle Bachelet a que garantice el libre ejercicio profesional de prensa.
También la Asociación de Corresponsales de la Prensa Extranjera en Chile expresó su "fraternal solidaridad con la colega española", y advirtió que "la libertad de expresión y prensa es uno de los mayores logros que debemos proteger en democracia".
Asimismo, el Partido Socialista Obrero Español calificó las agresiones a la prensa de "fascistas e intolerantes", mientras que el Partido Socialista francés lamentó la muerte de Pinochet sin que haya sido condenado y expresó su solidaridad con las víctimas, y porque las acciones judiciales en su contra y sus colaboradores lleguen a su término.
El ex dictador Pinochet "murió, pero el pinochetismo está vivo y coleando", alertó por su parte el vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel. Apuntó que el ex militar es la personificación de una ideología, de una política", y que allí está la participación eminente que tuvo Estados Unidos en el derrocamiento del presidente Salvador Allende.