Ganó el premio de cuento San Luis Potosí con el libro Cuenta regresiva
Mascotas, pobreza y olores, temas del universo de Armando Vega-Gil
El texto es "una antología personal con ideas que trabajó desde los 17 años"
"Nacido en Chilangotitlán hace un chingo (bueno, no tanto), conocido en los bajos fondos de la moda como Armambo, se lanzó a la farándula desde muy pequeñín, transitando su quehacer entre la vihuela de mariachi panzón y el bajo eléctrico, entre la máquina de escribir, la composición de versos al vuelo y el encueramiento en público (quesque performance), entre la actuación (que no se le da muy bien, pero se defiende) y la dirección de cortometrajes (bueno, hasta ahora nomás uno) y el desacato.
"En la década de los años 80 formó parte de un grupo visionario, reconocido como Botellita de Jerez (que hasta la fecha sigue jalando), y ha publicado nueve libros.
"De éstos, los que más le gustan son uno de cuentos, Brevísima relación de un ladrón que yace encuerado y otras pesadillas, y un par de poesía, La ventana y el umbral y Vagamundos (con este último se ganó el premio nacional de poesía de los XIX Juegos Florales de la Universidad de Campeche... ¡ah, verdad!).
"Su recopilación corregida y aumentada, Diario íntimo de un guacarróquer, circula desde 2002 y ha causado gran revuelo entre su abuelita y sus tías."
Es así como en cierta ocasión se llegó a presentar el propio músico y escritor Armando Vega-Gil, quien además llegó a asegurar que en sus ratos libres corre maratones, bucea y escala montañas y que en días pasados fue distinguido con el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 2006, por su libro Cuenta regresiva.
Corrupción y muerte, ejes conductores
Aún sin editar, pero con varias ofertas en puerta, el volumen "conjunta una serie de cuentos cuyo eje común es el trayecto hacia la corrupción y luego la muerte. Organizado como variaciones de tres temas tres: las mascotas, la pobreza y los olores, los cuales ofrecen un repertorio de tratamientos cuyo eje es la dureza en el lenguaje, el humor y la deslumbrante monstruosidad de sus personajes".
La primera serie Cuatro variaciones de un efluvio y sus efectos físico-morales, "ofrece a partir de su título casi científico la mirada sobre el avance hacia la descomposición moral de los personajes, su falta de control sobre las circunstancias que los empujan a la degradación, lo que se demuestre por su respuesta ante los olores".
En este primer apartado, "los olores adquieren importancia capital", al igual que en los dos restantes: Siete variaciones sobre la pobreza y Dos indagaciones en torno a las mascotas.
En todos estos cuentos, algunos de género policiaco y de horror, explica el autor, "aparecen siempre personajes en situaciones límite, en las que tienen que tomar una decisión para sobrevivir o no".
Este libro, dice Armando, de alguna manera es "una antología personal, pues fueron cuentos escritos desde hace 15 años a la fecha. El cuento más viejo se titula Biombo negro. Los más recientes son una especie de microficciones, en las que me he estado especializando últimamente".
Son cuentos "que surgieron de las experiencias que he vivido, pero que tras una reflexión han sido transformados en una obra literaria. Por ejemplo del truene de una relación de pareja o de cuando una vez de chico cuando vivía en el centro, debajo de mi casa un día apareció muerto un teporocho y escribí un cuento de cuarto cerrado, de un grupo de teporochos que se la pasaban en el cine, donde asesinan a uno de sus compañeros y la viuda decide averiguar quién es el asesino, antes de que la película que están viendo termine. Quizá en ese sentido, el libro está lleno de asuntos autobiográficos, pero no con el fin de hacer una especie de autoterapia".
Como conclusión, Cuenta regresiva "es un libro donde se obtiene la idea de que el horror habita en nosotros y aflora más fácil de lo esperado; siempre con razones sencillas e invencibles".