Necesaria, una política de Estado y no un plan sexenal que se deje al olvido, afirma
Graves, las carencias en materia de derechos humanos: Ricardo Sepúlveda
El principal fracaso en la política de derechos humanos de la administración foxista fue no haber logrado el cambio constitucional para alinear la legislación internacional con la interna en esa materia, y no haber conseguido los cambios en el sistema de seguridad y justicia, aseguró Ricardo Sepúlveda, ex titular de la Unidad de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación durante ese sexenio.
En entrevista para este diario, Sepúlveda indicó que el Estado mexicano está lejos de cumplir con la Declaración Universal de los Derechos Humanos la cual se celebra hoy en el día internacional que conmemora esas garantías, pues ese acuerdo establece que todos los seres humanos son iguales en dignidad, traducido a temas como la seguridad pública, la justicia y el desarrollo.
El ex funcionario señaló que hubo un avance significativo del foxismo en garantías fundamentales, pues se abrió su labor al escrutinio internacional y se construyó el Programa Nacional de Derechos Humanos (PNDH); pese a ello, comentó, "las carencias siguen siendo graves", pues en México aún hay signos de desigualdad, principalmente en los ámbitos de pobreza, seguridad pública y justicia, enmarcados en la Declaración Universal, por lo que "como Estado estamos lejos de que se cumpla" ese pacto.
"Nos damos cuenta que en México tenemos muchos signos de desigualdad en muchos ámbitos, pero hay tres en concreto: la falta de garantía de los derechos humanos en seguridad, justicia y pobreza", dijo.
En el primer caso explicó que en nuestro país el tema está roto, pues sólo quienes cuentan con recursos económicos tienen mayor acceso a seguridad, debido a que ahora ese derecho se adquiere como un producto más.
En torno a la justicia comentó que "es selectiva y plutócrata", pues sólo las personas con poder y dinero acceden a medios de defensa adecuados, y quienes no cuentan con recursos económicos "quedan a expensas de la suerte, bondad, maldad o corrupción de un juez".
Sobre la pobreza dijo que este es uno de los ámbitos que mayor desigualdad generan en nuestro país, pues la mayoría de la población la padece.
El ex funcionario añadió que es necesario que la administración calderonista adopte una política de derechos humanos que tenga injerencia en los principales proyectos de su gobierno, pues de lo contrario Felipe Calderón llevaría al país a un retroceso en la materia.
"La política de derechos humanos debe tener incidencia en las principales políticas del gobierno federal, es decir, la económica, de seguridad y de justicia deben basarse en un enfoque de garantías fundamentales, y esto significa cambiar desde la raíz el objetivo y el sentido de las políticas, pues toda política para ser de derechos humanos debe generar igualdad, no riqueza, debe evitar la discriminación, pues el reto es hacer de estos derechos el eje rector", destacó
Subrayó que el "gran reto" del PNDH es colocarse como un programa de Estado y no como un proyecto sexenal que se dejará en el olvido a pesar de las bases que logró en la materia, mismas que podrán servir para generar mayor procuración, respeto y garantía de los derechos humanos.
Debido a que la pasada administración no supo vincularse con los poderes Legislativo y Judicial para lograr los cambios constitucionales que garantizaran la protección y promoción de estos derechos, amén de que tampoco se logró involucrar a las entidades federativas para llevar los derechos humanos a los ámbitos locales, Sepúlveda exhortó al nuevo gobierno a tener la capacidad para lograr dichos acuerdos, porque "ahora se ven mejores condiciones para ello", debido a las bases que dejaron los avances.
Consideró que si la nueva administración federal continúa con la visión de reducir los derechos humanos al ámbito de la procuración de justicia resultaría preocupante, pues al no verse a un nivel más amplio "no se podrán entender como una verdadera política de Estado.
"Si el gobierno actual no entiende las cosas de esa manera, se va a caer en el error de otros sexenios, en los que se convertía en un tema de careta externa, de estadística y de discursos", comentó.
Además recomendó que la seguridad pública más que basarse en la compra y adquisisión de equipo, debe atenderse desde una perspectiva de derechos humanos, por medio de la capacitación de las corporaciones policiacas, pues de lo contrario "puede ser contraproducente".