"Me siento tan feliz de haber amado tanto y tan intensamente"

Francisco Céspedes enamoró al público en el Lunario con el piano de Gonzalo Rubalcaba

ARTURO CRUZ BARCENAS

El cantante y compositor Francisco Céspedes y el pianista Gonzalo Rubalcaba unieron sus capacidades musicales y emocionales para crear el disco Con el permiso de Bola, que presentaron el pasado miércoles en el Lunario del Auditorio Nacional. "Nadie ha dicho 'alma mía' como Bola de Nieve", expresó Pancho, como se llamó a sí mismo.

"Bola de Nieve es un cantante con dimensión universal. No tuve el gusto de conocerlo personalmente. Para mí, Bola cantaba y decía muchas cosas. Cada frase tenía su medida. Cuando oímos: 'si te pudiera querer como te quiero yo', ahí está todo."

Este disco es el regreso de Céspedes, luego de una pausa y un disco que no progresó. Con el permiso de Bola es un cd de altas pretensiones. Son 13 temas: Adiós, felicidad; Vete de mí, ¡Ay, amor!, La flor de la canela, No dejes que te olvide, Alma mía, Drume negrita, Tú me has de querer, No puedo ser feliz, Ausencia, Si me pudieras querer, Bola de Nieve y Drume negrita (con Bola de Nieve).

Céspedes señaló que en este momento se encuentra solo, aunque a veces "aparecen algunas novias. Me siento bien. Estoy en un buen momento; me reúno con los amigos. Lo del pasado ya pasó.

"Ha sido un privilegio trabajar con Gonzalo González Rubalcaba, un maestro, un amigo". Céspedes expuso que tiene mucha fe en el éxito de este disco al que se suma un dvd, un cortometraje sobre la grabación del álbum.

En un momento de la conferencia de prensa previa, Céspedes dijo que difícilmente alguien ha amado tanto como él. "Agradezco a Dios esto. Me siento feliz de haber amado tanto y tan intensamente". Aclaró que Bola de Nieve tiene una forma de cantar que es inimitable. "Yo canto a mi manera, por eso le hemos pedido permiso".

Consideró que realmente el cd es un homenaje a alguien que vestía de lujo y que tenía personalidad, que iba a la ópera y que no podía pasar inadvertido. Con este trabajo cierro un círculo. Esto es importante en la vida".

El pianista Rubalcaba es el artista adecuado para el momento vital de Céspedes. "Este disco es un homenaje a la música cubana, en la persona de Bola de Nieve, a quien conocí en algún momento de mi vida.

"Cantar a Bola y tocar el piano es una responsabilidad", acotó Rubalcaba, quien se ha desempeñado sobre todo como ejecutante de jazz.

La voz de Céspedes tiene un tono popular que agarra las tonadas de Bola de Nieve. "Tenía una forma de cantar que te dolía, que te mataba", precisó.

"Bola era como artista tan universal como cubano", dijo Rubalcaba. "Era, cómo se dice... iba de lo particular a lo universal".

"Adiós felicidad/ casi no te conocí pasaste indiferente/ sin pensar en mi sufrir", que en la voz de Céspedes atrapó la concentración de las parejas, de los grupos de amigos reunidos en el Lunario. Se hacían silencios y llegó a escucharse la respiración del intérprete.

Hubo a quienes les cobijó ¡Ay, amor!, que es una solicitud, un ruego de no maltrato, de ya no quiero sufrir. "Llévate de mi también el dolor...".

El disco se grabó en Cuba. "Ahí hubo una filosofía andando por el malecón de La Habana". Algunos dijeron que la que más les gustó fue Vete de mí (de Homero y Virgilio Expósito): "Tú, que llenas todo de alegría y juventud/ y ves ese fantasma en la noche de trasluz/ Y oyes el canto perfumado del azul Vete de mí".