La Habana mostró durante desfile las claves de su doctrina de seguridad
Ampliar la imagen Decenas de niños marcharon frente a una réplica del Granma Foto: Ap
La Habana, 2 de diciembre. Cuba mostró hoy, en un desfile en la Plaza de la Revolución, las claves de su doctrina de seguridad de la Guerra de Todo el Pueblo: la unión escalonada de civiles y tropas regulares, y el máximo rendimiento de su parque defensivo, procedente de la era soviética o de fabricación local.
El presidente en funciones, Raúl Castro, ejerció de oficial revistador de las tropas, que mostraron medios de combate terrestres y aéreos y desfilaron seguidas de decenas de miles de civiles, en una expresión simbólica de que un conflicto armado en la isla sería librado cuerpo a cuerpo hasta el último recurso.
La Guerra de Todo el Pueblo se define como la concepción estratégica para enfrentar un ataque a gran escala de superioridad numérica y tecnológica, frente al cual "cada ciudadano tendrá un medio, un lugar y una forma de enfrentar al enemigo hasta lograr la victoria".
La doctrina surgió a principios de los años 80, cuando Cuba enfrentó una ofensiva política del gobierno del presidente Ronald Reagan.
La expresión más sintética de ese cuerpo de ideas fue hoy un contingente que rememoraba a la guerrilla de los años 50 y en la que cada combatiente tiene un arma distinta.
Efectivos de infantería marcharon con fusiles AKM, a los cuales se adicionó un visor de fabricación cubana llamado Vilma.
Un experto consultado por La Jornada explicó que esa arma, en condiciones normales, tiene un alcance de 2 mil 500 metros, pero carece de precisión para alcanzar el objetivo, mientras que con un visor la puntería crece hasta 85 por ciento y puede hacer blanco perfecto a unos 500 metros. La capacidad y el rendimiento del combatiente se multiplican de esa forma.
Tropas terrestres también exhibieron lanzacohetes antitanque portátiles y una unidad de tanquistas llevaba el AKM de visor con la culata plegable, dos armas que según el analista pueden operar en condiciones de resistencia en terreno corto o en asalto.
Las Milicias de Tropas Territoriales (civiles) marcharon con el fusil de francotirador Alejandro, de diseño y fabricación local, bautizado así en memoria del seudónimo que usó Fidel Castro en la guerrilla de los años 50.
En un bloque de medios motorizados desfilaron los vehículos multipropósito, para condiciones de combate difícil, carros blindados con cohetes antitanque y morteros autopropulsados de 120 milímetros y tanques T55 y T62, entre otros, casi todo procedente de la antigua Unión Soviética y reciclado y modernizado aquí, en los talleres industriales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Al paso de los vehículos pesados y los espectaculares lanzacohetes múltiples BM-21, la Plaza de la Revolución se cubrió de humo y el ruido de los motores inundó el ambiente.
La aviación mostró sus helicópteros Mi-35 y Mi-37, y los cazas de combate Mig-21, Mig-23 y Mig-29, y la marina movilizó plataformas para baterías coheteriles de defensa de playa.
"Pero lo principal", manifestó el especialista, "es la gente". Unos 300 mil civiles, entre trabajadores y estudiantes, según cálculos oficiales, cerraron el despliegue militar, coreando lemas de apoyo a Fidel y Raúl Castro.
El último despliegue de medios de combate motorizados como el de hoy fue en el desfile de esta misma fecha de 1986.