La artista española presenta hoy en el Zócalo toda la magia del cante
Carmen Linares repudia a quienes se enriquecen con el flamenco light
Ampliar la imagen La cantante española Foto: Cortesía de Discos Corason
Durante las calurosas tardes andaluzas, la familia salía a la puerta de la casa; el padre, Antonio Pacheco, tocaba la guitarra mientras los demás cantaban.
En aquellas tardes se fue metiendo la música en el alma de la cantaora Carmen Linares, que entonces era una niña.
Acompañada de la guitarra de su padre, ella también cantaba en otros sitios, en hospitales para ancianos, en concursos infantiles. Más allá de estas escapadas, seguía la vida normal de cualquier pequeña de su edad. Hasta que a los 17 años tuvo que decidir si se quería dedicar al canto.
"Mi padre, que ha sido siempre un sabio y me ha ayudado mucho, me dijo: 'tú has nacido para cantar. Hay muchas mujeres que pueden ser secretarias, que pueden hacer otras profesiones, pero a tí Dios te ha dado este don para que lo ejercites. No seas tonta, ni lo pienses, ejerce tu profesión'".
Linares dijo en entrevista haber tenido la fortuna de conocer a otro hombre (además de su padre), "loco del flamenco", que también la ha apoyado hasta la fecha: su esposo, el periodista Miguel Espín. De jovencita "tenía que empezar a viajar, y estaba un poco acobardada. El que hoy es mi marido también me dijo: 'eres una tonta, tienes que cantar. Se unieron los dos para empujarme. ¡Fíjate qué suerte he tenido!"
En la actualidad Linares es reconocida como una de las voces fundamentales del flamenco.
Hoy estará en el zócalo capitalino, acompañada del guitarrista Juan Carlos Romero y del bailaor Rafael de Carmen. Interpretarán cantes tradicionales, "cosas más modernas" ("siempre dentro del flamenco") y quizá una versión de Se equivocó la paloma, de Rafael Alberti ("lo hacemos en soleá por bulerías").
Linares está de visita en nuestro país, invitada por la Feria Internacional del Libro, como una de las principales artistas en el programa artístico de Andalucía. También participó hace unos días en la presentación del disco Cantes gitanos, remasterizaciones de la voz de La niña de los peines, editada por Discos Corasón. En el cálido y emotivo evento, Linares improvisó unas piezas con sus músicos.
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Carmen Linares nació en Carmen Pacheco, y optó por llevar el nombre de su pueblo (en Jaén).
Entre las grabaciones de la cantaora destaca, por ejemplo, Antología de la mujer en el cante y un álbum producido a partir de la Colección de Canciones Populares Antiguas, reunida por el poeta Federico García Lorca. Su disco Un ramito de locura fue candidato en la categoría de mejor álbum flamenco en los Grammy Latinos 2003. Recibió el Premio Nacional de Música (2001).
Respecto del momento actual del flamenco, asegura: "Está pasando por un momento crítico, pero bueno. Hay una gran ex-pectación con el flamenco en todo el mundo. Los ar-tistas tenemos un compromiso de ofrecer calidad".
El reto, dice, es "hacer un flamenco que llegue a interesarle a gente joven, pero sin desvirtuar, ofreciéndoles una esencia pero con una versión propia del artista: si te interesa un tipo de poesía, reflejarla; si te interesan cosas que están pasando, expresarlas".
El flamenco tiene que "abrirse y evolucionar. Si eso se hace bien, es estupendo. Lo peligroso es que haya gente que busque el oportunismo de hacer un flamenco light para que llegue a todo el mundo. Tenemos que luchar contra la gente que quiere ganar mucho dinero y lo desvirtúa: le llega a mucha gente, pero no es auténtico. Se pueden hacer cosas auténticas y buenas, que sean modernas también. Me interesa mucho ese tipo de artista, que dentro de un gran conocimiento del cante tradicional intente ir un poco más allá y aportar cosas nuevas que estén en esa esencia".
Sobre la situación del mundo actual, dijo: "Tenemos que ser más respetuosos de las otras culturas, que pueden tener su verdad, y tratar de entenderlas". En ese camino "la música puede hacer muchas cosas; ¡tal vez sería más efectiva que todas las reuniones de los políticos..!; puede ser una vía, no se va a solucionar, pero la música puede ayudar a que se conozca y se ame un país".
Un día, el hijo de Carmen, Eduardo Espín Pa-checo, desenfundó la guitarra del abuelo, don Antonio, la misma que el señor tocaba en las calurosas tardes andaluzas. Con 22 años, Eduardo es guitarrista y usará el apellido de su abuelo, y será entonces Eduardo Pacheco.
Carmen Linares se presenta hoy en la Plaza de la Constitución, en punto de las 18:30 horas.