Cambio de gobierno
"Circo" la rendición de protesta; pierde dignidad el Poder Ejecutivo, consideran
Calderón comenzó mal y terminará igual, sentencian obreros, campesinos y maestros
Ante el enojo del nuevo mandatario se dio un proceso de transición inédito, señala académico
Los sectores obrero, campesino y académico auguraron ayer que el gobierno de Felipe Calderón "empezó mal y terminará mal", calificaron la rendición de protesta como de "farsa", un "circo" en el que el nuevo mandatario entró al Congreso de la Unión por la puerta de atrás, con lo que la dignidad del Poder Ejecutivo se desplomó.
En contraparte, la Iglesia católica celebró la llegada del panista a la Presidencia y pidió a sus antagonistas apostar por la reconciliación nacional "teniendo en cuenta la inclusión, el respeto por el adversario y por quien ejerce una oposición crítica, responsable y constructiva".
Para defensores de derechos humanos el operativo implementado demostró la "fragilidad" tanto de Calderón como de la democracia mexicana, la cual ayer se transformó en autoritarismo. El Centro Prodh manifestó que los acontecimientos denotan que los políticos no están trabajando en la construcción de una verdadera política democrática: "parece que están más cargados a asumir una política de golpes y poco diálogo".
Entre las organizaciones del sector obrero la opinión se dividió, ya que mientras la CTM planteó que Felipe Calderón ahora tiene la obligación de cumplir con su promesa de ser "el presidente del empleo" ya que no van a aceptar otros seis años de inmovilismo, rezago y ataques al sector obrero, otras representaciones, como la Alianza de Tranviarios de México, plantearon que fue "patética" la forma como el panista rindió protesta en San Lázaro y sostuvo que esta organización no reconocerá a Calderón como mandatario.
En nombre de la CTM, el secretario de prensa y diputado Patricio Flores, señaló que es preocupante el encono existente entre PAN y PRD, lo que no abona a la legalidad y se pronunció porque ojalá el de ayer haya sido el último de los enfrentamientos, "porque es urgente sacar adelante el trabajo legislativo".
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que estuvo presente en la manifestación convocada por Andrés Manuel López Obrador, vaticinó que el comienzo del gobierno de Calderón es una probada de la mano dura que va a prevalecer durante este sexenio. Es el momento de "romper las barreras para unificar el movimiento obrero y de crear un ejército de trabajadores ante lo que se avecina".
La Conferencia del Episcopado Mexicano fue de los pocos sectores que apoyaron la toma de protesta, e incluso llamó de manera especial a las fuerzas políticas para que tiendan puentes para el diálogo y el entendimiento indispensables para los acuerdos que conduzcan al desarrollo integral del país.
Se necesita una señal clara: campesinos
Por el sector campesino, la Convención Nacional Indígena, Movimiento Agrario e Indígena Zapatista (MAIZ), Central de Organizaciones Campesinas y Populares (COCYP), Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA) y El Barzón Metropolitano calificaron de "farsa" la rendición de protesta de Calderón.
Advirtieron que mientras no haya una señal clara de que realmente se busca un pacto social amplio y conciliatorio, la nación seguirá en disputa
"Lo que hubo fue un atraco a la nación; el PAN y Felipe Calderón hicieron el ridículo", aseveró Marcelino Díaz de Jesús, de la Convención Nacional Indígena. Explicó que el movimiento indígena seguirá pugnando por la instauración de una República renovada mediante un nuevo constituyente que impulse un pacto nacional en donde se reconozca la presencia indígena.
"Fue una farsa, un circo armado, cobijado por un discurso con el que trató de encubrir la intolerancia política", abundó Jaime Moreno, de la CNPA. En tanto, Crescencio Morales, de El Barzón Metropolitano, también alertó sobre la falta de acuerdos políticos del gobierno panista con las organizaciones sociales.
Por su parte, especialistas en derecho constitucional aseguraron que "más allá de los tropiezos jurídicos en la toma de posesión, lo que está de fondo es que en los hechos se trata de un Ejecutivo federal que sin guardar respeto al Poder Legislativo envía un mensaje muy claro a la nación y al mundo: que en México no se vive una normalidad democrática".
Miguel Angel Eraña, constitucionalista de la Universidad Iberoamericana, afirmó que desde el primer minuto de su mandato, Calderón Hinojosa "inició su jornada muy mal, al trastocar el procedimiento de transmisión de poderes, que sin ser inconstitucional, representó una falta de respeto a los legisladores, pues lo que vivimos desde los primeros momentos del primero de diciembre es un desplome de la dignidad del Poder Ejecutivo".
En tanto, Roberto Gutiérrez, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que ante un escenario "pesimista" para su toma de posesión, Calderón Hinojosa "decidió adelantarse con una ceremonia, que sin salir de los límites constitucionales, fue más mediática que jurídica, la que deja en evidencia que hacia el futuro no habrá una relación tersa entre las diferentes fuerzas políticas".
Agustín Pérez Carrillo, investigador de la UAM, aseguró que ante el "enojo, impotencia y rabia" de la administración calderonista se dio un proceso de transición "inédito", en el que es "evidente que se trata de un gobierno que dice respetar la legalidad, pero en los hechos establece con claridad que ejercerá el poder fuera de las reglas jurídicas y con una visión más autoritaria y represiva".