Cambio de gobierno
El viernes fue un día sombrío para México: Carlos Montemayor
Guadalajara, Jal. 1º de diciembre. "Las últimas elecciones que ganó Porfirio Díaz estuvieron ensombrecidas por un poderoso y brutal fraude electoral y una protesta y asunción sombría y ominosa del presidente relecto. Creo que este viernes fue también un día sombrío", expresó el escritor e investigador Carlos Montemayor.
El ahora ex presidente Vicente Fox "es uno de los más grandes y graves ejemplos de la traición a un país, al detener el desarrollo de la transparencia política en México y por imponer la continuidad. Fox creyó que podía privar a México de un proceso electoral sano y transparente sin riesgos sociales, que podría enriquecer a la elite empresarial mexicana y a las corporaciones internacionales sin riesgos sociales, que podía actuar con cinismo como gobernante, sostenido en campañas publicitarias y mercadotécnicas impulsadas por los consorcios televisivos.
"Esta experiencia de entronizar a un hombre ignorante, insensible, sin preparación, sin lecturas en el poder presidencial, pensando que no habría riesgos sociales es una experiencia terrible para México.
"De manera que el triunfo de Fox no consolidó la democracia en México y su gobierno llevó a un retroceso en niveles de bienestar, y a retornar a la corrupción de épocas pasadas; es una lástima la experiencia foxista en la historia del país".
Ahora el presidente Felipe Calderón "también forma parte de la estructura oficial y de la elite del poder que pensó que podía consumarse un fraude electoral sin riesgos sociales ni políticos, que podía ocurrir lo de 1988: nada.
"Y resulta que los protagonistas de 1988 ahora han sido remplazados por una generación que no está dispuesta a pasar por alto errores históricos tan descomunales como un proceso electoral tan sucio como el de 2006".
Las acciones de protesta y de resistencia civil se enmarcan aquí en el cumplimiento de la asignatura que quedó pendiente en 1988, año en que "por razones explicables, comprensibles y que pueden ser justificables, no produjo una resistencia social a gran escala que hubiera representado un aprendizaje político".
Señaló que en ese año también surgió un gobierno paralelo que, sin emplear el término de 'legítimo' como en el caso actual de López Obrador, apareció como respuesta a un gobierno ilegítimo emanado de un fraude electoral que no se había resuelto en términos transparentes para legitimarlo. Ahora México está viviendo de nueva cuenta la presencia de un gabinete paralelo que en el 88 se frustró con la muerte accidental, imprevista o inducida de Manuel J. Clouthier.
"De manera que esas dos experiencias, la resistencia al fraude y la conformación de un gabinete paralelo que no vivimos a cabalidad en el 88, se presenta como una asignatura pendiente que ahora México parece dispuesto a cursar y a resolver".