Usted está aquí: miércoles 29 de noviembre de 2006 Política "Cumplimos: ya vimos y sentimos con el corazón", como la comandanta Ramona

Inauguró el delegado Zero escuela de apicultura en Chimalaco, Huasteca potosina

"Cumplimos: ya vimos y sentimos con el corazón", como la comandanta Ramona

Penúltimo acto de la otra campaña en su recorrido por 32 entidades del país

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ampliar la imagen En la fase final de la gira de la otra campaña por 32 entidades, el delegado Zero inauguró la escuela autónoma de apicultura comandanta Ramona, en la comunidad de Chimalaco, en la Huasteca potosina Foto: Víctor Camacho

Chimalaco, SLP. 28 de noviembre. La otra campaña realizó el penúltimo acto de su recorrido nacional en este pequeño ejido del municipio Axtla de Terrazas, considerado el Aztlán originario, cuna del pueblo azteca. Sigue siendo un pueblo de nahuas pobres, pero llenos de ideas y propósitos de florecimiento. Así, promovida por los niños del ejido, hoy fue inaugurada la escuela autónoma de apicultura comandanta Ramona.

El niño Adrián Marínez, en nombre de los estudiantes, recuerda que la idea de establecer este centro nació en el primer foro de apicultura de la Huasteca potosina. "Lo primero fue pedir permiso a nuestros papás. Luego a la autoridades del pueblo, que nos prestaron el salón. Y que los apicultores nos enseñaran. Estamos aquí para aprender de las colmenas".

Explica que el nombre de la comandanta zapatista les pareció adecuado, "porque sabemos que era pequeñita, pero brava y trabajadora como una abeja". En un pulcro salón, la escuela enseña botánica, geografía, lengua materna, historia, defensa personal y otras materias. "Esperamos a que el subcomandante Marcos viniera a inaugurarla formalmente", si bien comenzó labores desde mayo pasado, "por trabajo, alimento y educación".

El delegado Zero diría más tarde que la comandanta Ramona aconsejaba "mirar con el corazón, pues cuando uno mira con él sabe lo que va a pasar después, y cuando uno escucha encuentra el pensamiento de los demás".

Tras entonar los niños el Himno Nacional en lengua nahuat (variante oriental del náhuatl) y rendir honores a la bandera, un médico tradicional conduce al delegado Zero a una sencilla ofrenda guadalupana con flores de zempazúchil, maíz blanco y rojo, naranjas, mandarinas, un manojo de frijol sarabanda en vaina y dos frascos de la miel producida por los niños. Entre humos de copal, el médico practica una limpia a Marcos, mientras algunas abejas extraviadas se engolosinan en los frascos de miel.

Enseguida empieza la sesión de la otra campaña con adhertentes y simpatizantes de los municipios de Axtla de Terrazas y Aquismón. El primero, donde se ubica Chimalaco (el "lugar de escudos" de los guerreros aztecas) remite a la mítica Aztlán. Un joven maestro de la escuela autónoma relata en nahuat y español cómo fueron perseguidos y sometidos los pueblos indios por el conquistador. "Pero con nuestras raíces no pudieron y vamos a florecer de ellas. A mi edad falta mucho por conocer. Nos siguen invadiendo, nos vienen destruyendo y también se acaban la fauna. Ya el río Huichihuayán ha desaparecido".

Advierte: "Somos parte de la naturaleza, no sus dueños. Vemos con tristeza que las instituciones buscan la desaparición de las lenguas pame, teenek, nahuat. La medicina tradicional no recibe respeto. Nuestros médicos no tienen estudios, pero sí conocimientos y un don que les dio la madre naturaleza". Ante la amenaza latente "de ser acabados", el maestro manifiesta: "Es momento de luchar por nuestros hijos y los hijos de ellos".

Chimalaco tiene fama de pueblo esforzado, digno y organizado. Así lo reconoce un vecino de Cómoca: "Admiro su disposición a la lucha". Don Aurelio, secretario del consejo de vigilancia, cuenta que el ejido se fundó en 1927, "tras el esfuerzo de nuestro abuelos, seres que no tuvimos la dicha de conocer, pero que dieron la vida por los que estamos aquí". Denuncia que "la ley tiene dos caras; por un lado nos protege, y por otro permite la venta de parcelas. Venderlas es no reconocer la lucha de nuestros abuelos para tener un lugar del cual salir y a dónde llegar". Declara que "sólo con justicia podremos vivir tranquilos, libres".

Hilario, en nombre de los cafeticultores, recuerda que el aromático "era un fruto grande de trabajo, pero se acabó por falta de precios". Y Angel, representante de los producores de cítricos de Chimalaco, denuncia también los bajos precios y la acción de acaparadores e intermediarios. La empresa juguera de la región, "construida con dinero del pueblo" y privatizada por el gobierno, ahora paga muy mal la fruta y contamina lo que queda del río Huichihuayán. "Pero tenemos el sueño de crear nuestro propio mercado".

Un campesino del ejido Fracción Ahuehueyo relata en detalle cómo el ranchero Anastasio Solórzano despojó de sus parcelas a la Elisa Domínguez, "mi madre", sobornando a magistrados y al tribunal agrario de Axtla y Ciudad Valles, quienes con ventaja del escaso castellano de la mujer, la engañaron y llegaron a ofrecerle ¡un volado! para decidir el asunto. Finalmente la obligaron a firmar bajo amenaza y le arrebataron la tierra que heredó de su marido. A sus hijos, por defenderla, los invasores mestizos los han golpeado "de muerte".

El subcomandante Marcos, en cumplimiento del encargo de la comandanta Ramona y los demás jefes indígenas del EZLN, aprovecha una fotografía satelital de México colgada en el aula de los niños apicultores para recapitular, como maestro en clase, el recorrido de la otra campaña por los 32 estados. Recuenta los dolores, abusos y resistencias encontrados en las comunidades indígenas. "Cumplimos la orden de la comandanta Ramona: ya vimos y sentimos con el corazón", dice.

 
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