RADIOGRAFIA DEL PRD
Leonel Godoy, ex presidente del sol azteca: el FAP, signo de que algo aprendimos de 1988
El apoyo a Andrés Manuel debe ser total, sin olvidar el proyecto del partido
Cómo romper el linchamiento mediático contra la izquierda, reto para el futuro, define
Ampliar la imagen Leonel Godoy en imagen de archivo Foto: María Luisa Severiano
Cuando fue presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), rememora el senador Leonel Godoy, "muchos decían que mantuve distancia de Cuauhtémoc Cárdenas, aun siendo orgullosamente cardenista, pero no decían que esa misma independencia tenía respecto de Andrés Manuel López Obrador".
Así se plantea el abogado michoacano el eterno dilema perredista de la relación entre el partido y sus fuertes liderazgos. Lo subraya Godoy: "Creo en la independencia de nuestros dirigentes con respecto a nuestras personalidades con influencia. Yo lo hice y eso lo puede corroborar cualquiera de los miembros de los dos comités ejecutivos nacionales que encabecé".
No que sea fácil, dice el ahora senador y aspirante a la candidatura de su partido al gobierno de Michoacán, y la prueba es que antes del 2 de julio, "y seguros de que íbamos a ganar, ya discutíamos cómo íbamos a mantener la independencia del PRD con un gobierno perredista".
¿Las corrientes son la única vacuna frente al peso de los liderazgos fuertes?
Algunos lo frasearían así. Yo de otra manera: organización, que el partido esté muy organizado, con una vida muy institucional, muy apegada a su legalidad interna. Si es así, puede ser a través de corrientes, pero no de corrientes electoreras, sino que discutan el rumbo ideológico y político del partido. Finalmente se trata de hacer una institución fuerte para contrarrestar el peso de las personalidades, sea en un municipio, en un estado o en el país.
Hegemonía de Nueva Izquierda no es sana
La solución de las disputas internas del PRD mediante el cambio de reglas ocupa mucho del tiempo de los dirigentes perredistas en el debate hacia el congreso de mayo venidero.
Presidente del PRD bajo el fuego de los videoescándalos, Godoy sostiene que su partido debe dedicar 90 por ciento del tiempo del congreso a discutir asuntos como la línea política y el rumbo de la izquierda, y sólo 10 por ciento a los temas de estatutos, "de cómo tener órganos de dirección más modernos, que tengan conducción política y no sólo administren los problemas internos".
El centro de la discusión, insiste Godoy, debe ser "la ruta que queremos proponer a los mexicanos en 2009 y nuestras propuestas para los grandes problemas del país. Sería un grave error centrarnos en la vida interna del partido. Voy a luchar con muchos para que sea un congreso de discusión de línea política y de programa".
Ya hay, sin embargo, dos grandes polos dedicados a discutir si están con o en contra de López Obrador.
Son esfuerzos de organización de grupos para buscar que funcione mejor el partido. Pero son coyunturales, no como en el Partido Comunista, que estaban los pro soviéticos y los eurocomunistas, aquellas sí eran divisiones ideológicas, y ahora son meramente organizacionales.
¿Es infundado el temor de que Nueva Izquierda (NI) busca avasallar a las demás expresiones?
Sin duda NI ha ido creciendo de tal forma que es una corriente hegemónica y eso no es sano. Pero tampoco pienso que lo sea organizarse para confrontar a esa corriente. Las corrientes deberían ser para hacer propuestas.
Cárdenas, López Obrador
¿Es posible que Cuauhtémoc Cárdenas vuelva al diálogo con su partido?
Pues debería. Las fracturas en cualquier partido son dolorosas. Pero en la izquierda, con eso de que nos han satanizado de "poquitos pero facciosos", son traumáticas. Por ello debemos evitar a toda costa que Cárdenas deje de hacer vida partidista y hay que tratar de que participe. Y por ello sus críticas, sus análisis, independientemente de que una inmensa mayoría del partido no esté de acuerdo con él, son buenas para un partido de izquierda.
¿Observa grupos interesados en "contener" o contrapesar a López Obrador?
Hay que seguir luchando por mantener ese delicado equilibrio entre la necesidad del apoyo absoluto que requiere una lucha, como la que tuvo en su momento Cárdenas y ahora tiene Andrés Manuel, y también la necesidad de que el partido sea un instrumento de la sociedad y que proponga soluciones más allá de la coyuntura. Entonces, el apoyo a Andrés Manuel debe ser absoluto, pero también debemos conservar este instrumento, el partido, que es un proyecto de vida, un proyecto de nación. Ni un partido mezquino que niegue el apoyo a una lucha en la que está inmerso, ni otro que no señale lo necesario para mantener su independencia.
Al menos en una ocasión Cárdenas censuró públicamente la actuación de los legisladores del PRD.
Censuró hasta al mismo Porfirio Muñoz Ledo por la reforma electoral de 1996.
¿Se repetirá esto con López Obrador?
Espero que no, pero debería tomarse como algo natural que puede haber desencuentros. En lo fundamental tenemos un compromiso de lucha juntos, pero no sería la primera vez que ocurriera. Ahora, algo se tiene que aprender de estos años. En 1988, cuando estábamos en las primeras negociaciones en la Cámara de Diputados, el Frente Democrático Nacional se empezó a desintegrar. Ahora seguimos con el Frente Amplio Progresista. Ese es un signo de que algo aprendimos de 1988. La unidad debería ser nuestro tesoro más preciado, debemos mostrar que aprendimos de nuestra experiencia bajo el salinato. Y otro signo es esta misma conversación sobre cuál es el papel de Andrés Manuel y cuál el del PRD.
Quieren una izquierda light
A pesar de ser antiguo colaborador de Cuauhtémoc Cárdenas, Leonel Godoy nunca fue militante del PRI. Con una risa cuenta que incluso fue dirigente estatal de ese partido en Michoacán, con Francisco Xavier Ovando, pero nunca se afilió.
Antes, en sus años universitarios, había sido simpatizante de las Juventudes Comunistas. Desde entonces, dice, a la izquierda se le han puesto "requisitos muy fuertes" para llegar al poder. Primero fue renunciar a la bandera del socialismo, luego someterse a las fórmulas de los organismos financieros internacionales. "Ahora hay una vuelta de tuerca mayor. Ya para que la izquierda sea 'bien vista' por el gran capital se le exige la privatización de los recursos naturales, limitar el concepto de soberanía nacional y abrazar absolutamente las tesis del libre mercado como la panacea."
De ahí deriva Godoy uno de los retos del PRD para los tiempos venideros: "Cómo vamos a romper el linchamiento mediático contra la izquierda, cómo enfrentar los próximos años, qué respuesta vamos a dar a los problemas del país. El problema es cómo vamos a enfrentar esta decisión férrea de la derecha de sólo permitir el acceso al poder a quienes se dobleguen, a quienes acepten la privatización de la energía, la educación y la salud. Esta 'tercera generación de condiciones' casi quiere dejar una izquierda light, que ofrezca cambios para no cambiar nada. Es la discusión que debemos tener para que en las próximas confrontaciones electorales tengamos una oferta atractiva".
Todo esto viene a cuento porque Godoy es un convencido de que "cualquier" candidato de la izquierda a la Presidencia de la República hubiese enfrentado una guerra sucia como la sufrida por López Obrador.
Las críticas a la personalidad del tabasqueño y a frases suyas, como que se iría a vivir a Palacio Nacional o alusiones a las chachalacas, son sólo "la fachada". En el fondo, dice Godoy, hubo una decisión de los "poderes fácticos para impedir que la izquierda gobernara".
Fue, sigue el senador, una decisión que estaban dispuestos a cumplir a toda costa. "Si no lo hubieran bajado en las encuestas, si no hubieran contado con el apoyo de Elba Esther Gordillo y algunos gobernadores del PRI, si no hubieran contado con la complicidad de los consejeros del IFE, de todos modos algo hubieran hecho para impedir que López Obrador llegara a la Presidencia. Su lema de que nuestro candidato era 'un peligro para México' era un llamado violentísimo a evitar que López Obrador fuera presidente. Lo hubieran hecho con cualquier candidato de la izquierda. Lo demás, insisto, fue una fachada, pues la victoria de la izquierda significaba para ellos el riesgo de perder sus privilegios indebidos."
La campaña del "peligro para México" sí les resultó.
Debemos reconocer que no estábamos preparados para la ferocidad con la cual nos golpearon la derecha, sus medios afines y sus sectores, porque así como el PRI tenía a la CTM ahora la derecha tiene al Consejo Coordinador Empresarial y la Confederación Patronal de la República Mexicana, los nuevos sectores del partido en el gobierno. Y estoy seguro de que si no les hubiese funcionado su feroz campaña mediática hubieran intentado otra cosa.