Gabriel Orozco abrirá una retrospeciva en el Museo del Palacio de Bellas Artes
''Pasamos del priísmo controlador al vacío de poder del panismo''
Soy una persona de izquierda y nada tengo que pedir a las autoridades culturales, aclara el artista
La muestra incluye más de 140 obras, entre pintura, escultura, instalación, cerámica y dibujo
Ampliar la imagen Siempre doy por hecho que es torpe un gobierno que trata de manipular la cultura, dijo Gabriel Orozco, ayer, durante el montaje de su exposición, en entrevista con La Jornada Foto: Marco Peláez
A la pregunta, ¿qué pedirías a las próximas autoridades culturales?, el artista visual Gabriel Orozco (Jalapa, 1961), contesta: ''absolutamente nada".
Sin embargo, les recomienda ''no meterse demasiado, ni tratar de controlar, porque no saben qué es bueno ni qué es malo. Que sean servidores públicos".
El miércoles 29, a las 20 horas, el escultor y fotógrafo inaugurará la exposición titulada Gabriel Orozco, de más de 140 obras, entre pintura, escultura, cerámica, instalación, fotografía y dibujo, en las ocho salas del Museo del Palacio de Bellas Artes.
La mayoría de esos trabajos no se han visto en México; inclusive fueron traídos especialmente para la ocasión, como el ''pabellón'' exhibido en la Bienal de Venecia de 2003.
El jueves 30, a las 17 horas, el libro del mismo nombre, editado por Turner y Thames&Hudson, será presentado por los autores Yve-Alain Bois, Benjamin H.D. Buchloh y Briony Fer.
No obstante que la apertura de su exposición coincide con el final de sexenio, Orozco afirma que desde hace una década lo habían invitado a exhibir en el magno recinto.
Si el proyecto se materializó con Mercedes Iturbe, directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, mucho se debe a que conoce al artista desde niño ''sus hijos y yo íbamos a la misma escuela y era amiga de mis padres".
Invitaciones de la cúpula cultural
Tras su primera gran exposición en México, efectuada hace seis años en el museo Rufino Tamayo, este 2006 Gabriel Orozco estuvo muy activo en su país natal. En mayo pasado realizó una escultura con el esqueleto de una ballena gris para la nueva Biblioteca Vasconcelos.
Por cierto, aunque no ha regresado a ver su pieza tiene entendido que está ''un poco empolvada" y le preocupa que no reciba el mantenimiento adecuado.
Respecto de su cercanía con las actuales autoridades culturales, Orozco expresa: ''Desde hace ya varios años mi relación con la cúpula cultural, como dices, es muy estrecha, en el sentido de que siempre me están invitando. Me consultan para todo. No puedo negar que me están llegando todas estas invitaciones y se acercan a mí para preguntarme todo el tiempo.
''Si me identifican de repente con el gobierno de este sexenio, probablemente en el próximo se van a identificar con cualquiera que hubiera sido el gobierno, porque creo que mi manera de trabajar y como hago yo las cosas la gente me está llamando, invitando.
''Soy una persona de izquierda. Creo que mi trabajo es un poco difícil de definir en relación con políticas culturales de un país u otro, o en relación con una cosa de dependencia con un gobierno u otro.
''Realmente creo, y espero que sea claro, que mi trabajo es bastante independiente de todo eso. Y, de hecho, no tengo nada que pedir a ninguna autoridad cultural. Es decir, no creo que hay que pedirles algo.
''Pasamos de un paternalismo cultural en el cual el modelo priísta de secretaría de cultura, o lo que sea, era muy controlador, muy paternalista, y se metía en todo. De allí pasamos a un vacío de poder panista, a una persona que ni le correspondía, ni sabía cómo, ni le tocó de algún modo tratar de meterse en todo y controlar la cultura. Es que ni siquiera podía.
''¿Qué es lo mejor? No me interesa opinar sobre eso. Lo único que te puedo decir, cuando menos en las artes plásticas en México, coincide o se debe a que ese vacío de poder genera un momento, el más relevante en mucho años.
''Para mí es muy difícil pensar en lo que deberían de hacer los secretarios de cultura. Ni siquiera me lo planteo. Siempre doy por hecho que es torpe un gobierno que trata de manipular la cultura en su favor y hacer las cosas para el bien de todos, o abandonar la cultura y que todo pase porque debe pasar.''
Contra el estancamiento en el arte
''Todo gobierno prosigue Gabriel Orozco tiene que lidiar entre dos factores: el vacío de poder, la imposibilidad del poder en relación con los artistas y el peligro de la dictadura cultural, de tratar de manejar la cultura para el bien de México.
''Sufrí el paternalismo y el nacionalismo de un gobierno que trataba de decidir lo que era bueno y lo que era el arte del país. Me tocó romper con eso. Que no me digan lo que debo hacer y hasta la fecha nadie me lo dice.
''Después, lo que suceda depende de la persona que esté a cargo; el talento del titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y de cada museo. Depende del talento de los artistas, de los empresarios. Eso nadie lo sabe en ningún país del mundo y vivo en tres (México, Francia y Estados Unidos) y en todos están bastante jodidos en relación con su propia cultura.
''¿Qué pediría al próximo titular de cultura?, absolutamente nada. Sólo que no se meta demasiado, que no trate de controlar porque no sabe qué es bueno ni qué es malo. Que sean servidores públicos. Que confíen en mí, si digo sí o no a una invitación de cualquier gobierno de izquierda o derecha, que haya la confianza de que es por razones personales, artísticas, y que hago lo que creo que debo de hacer para continuar siendo, tal vez, un buen artista."
La exposición del Museo del Palacio de Bellas Artes, curada por Patrick Charpenel, la primera ''100 por ciento mexicana" en cuanto a concepto, viene a ser una retrospectiva ''parcial" que revisa partes de su trabajo que no se han analizado. Orozco la llama una muestra de ''continuidad en mi labor cotidiana".
Debido a la distribución de las salas del museo, se ha dividido por técnicas. Exhibe, inclusive, unos dibujos que hizo de niño en 1975, ''una mezcla de cosas geométricas abstractas", porque tienen relación con obra posterior.
Seguramente llamará la atención la sala dedicada a su pintura, porque Orozco ha negado ser pintor: ''No me siento pintor en realidad. Sigo pensando lo mismo, que la pintura se estancó y de algún modo se esterilizó como medio para representar muchas cosas que suceden hoy".
Para el artista hay que ''desestancar" las disciplinas y dinamizarlas. En el caso de la pintura, se metió a rencontrar la técnica necesaria al grado de que sus cuadros más recientes son al temple sobre madera y sobre oro bruñido, una técnica de la Edad Media, de los iconos rusos.