Académicos y especialistas analizan los comicios intermedios en Estados Unidos
La invasión a Irak, razón fundamental en la "paliza electoral" a George Bush
Alfredo Jalife, catedrático universitario, pidió cautela y no hacerse demasiadas ilusiones
La guerra de Irak fue un "elemento fundamental" en la "paliza electoral" que los ciudadanos estadunidenses le dieron al presidente George Bush y al Partido Republicano, señalaron académicos y especialistas en materia internacional durante el foro Estados Unidos hoy, una lectura de las elecciones del 7 de noviembre.
En el acto, organizado por la Casa Lamm y La Jornada la noche del lunes, participaron Jorge Camil, Carlos Fazio, Alfredo Jalife y Antonio González, quienes analizaron los resultados de las elecciones legislativas intermedias en Estados Unidos, donde el Partido Demócrata recuperó el Congreso tras 12 años de dominio republicano, a escasamente dos años más del relevo presidencial en el vecino país del norte.
Con diferentes matices, los cuatro panelistas, moderados por Angel Guerra, señalaron que estos comicios no sólo significan el fin de la era Bush, sino además tuvieron un tinte presidencial en el que desde ahora se empiezan a perfilar algunos nombres que podrían buscar la Casa Blanca dentro de dos años.
Jorge Camil, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentó que estas elecciones se dieron en el entorno de un presidente "tremendamente impopular", con apenas 29 por ciento de apoyo a su gestión, que es una de las tasas de aceptación más bajas de cualquier presidente estadunidense en los tiempos modernos.
Dijo que al parecer los estadunidenses han comprendido la "patraña" de las armas nucleares a la que recurrió el presidente Bush para "invadir" a Irak, pues esa guerra se trata en realidad de una "invasión" al pueblo iraquí, violando todos los principios del derecho internacional. Pero esa acción se está convirtiendo paulatinamente en una debacle del gobierno bushiano.
En su oportunidad, el periodista Carlos Fazio comentó que para algunos analistas la derrota de los republicanos, que el pasado 7 de noviembre recibieron una verdadera "paliza electoral", significa no sólo el fin de la era Bush, sino también el fin de la "presidencia imperial"; es decir, la pérdida de la superconcentración de poderes en el Ejecutivo de Estados Unidos, además de que ahora podría haber ciertos avances en el terreno migratorio con el triunfo de los demócratas.
América Latina
Sin embargo, mostró reserva ante estas posturas, pues en algunos casos entre los dos partidos políticos estadunidenses sólo hay diferencias de matices, por lo que no se descarta "un continuismo republicano-demócrata" en muchas de las políticas del vecino país, como es el caso de las relaciones con América Latina, donde se percibe un continuismo en las "políticas imperialistas". Inclusive señaló que al revisar la historia de las intervenciones estadunidenses en las naciones de nuestro continente, son más las que se han realizado en gobiernos demócratas que republicanos.
Por su parte, el catedrático universitario Alfredo Jalife, experto en materia de seguridad nacional, subrayó que el "desastre" de la incursión de Estados Unidos en Irak fue el factor fundamental en los resultados electorales, que no pudo detenerse ni siquiera con el anuncio "nada casual" de la sentencia a muerte de Sadam Hussein en la víspera de las elecciones. Pero aun así pidió no hacerse demasiadas ilusiones.
Finalmente, Antonio González, presidente del William C. Velasquez Institute, organismo que promueve la participación política, social y cultural de los latinos en Estados Unidos, reveló los datos de una encuesta de participación electoral de la comunidad latina en este proceso, en el que, en términos generales, hay una tendencia hacia la opción demócrata, además de que esta población tiene un incremento importante. Por ejemplo, en estas elecciones votaron 5.8 millones de latinos; es decir, un millón cien mil más que en las elecciones de hace dos años, mientras que en el padrón están inscritos 9.8 millones de electores latinos, cifra que significa medio millón más que en 2004.