Claros indicios de que se trata de dos maestros que acompañaban al guerrillero: PGR
Identifican restos de colaboradores de Lucio Cabañas
La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), tras los exámenes correspondientes, determinó que los restos de dos personas que fueron encontrados en un panteón municipal del estado de Guerrero, presuntamente pertenecen a seguidores del guerrillero y líder del Partido de los Pobres, Lucio Cabañas Barrientos, cuya búsqueda tardó más de tres décadas, informó ayer Juan Carlos Sánchez Pontón, director general ministerial A de la instancia dependiente de la Procuraduría General de la República.
En conferencia de prensa, el funcionario precisó que el hallazgo se hizo en la comunidad de El Guayabillo, municipio de Tecpan de Galeana.
Indicó que existen claros indicios para considerar que los restos corresponden a los maestros rurales Lino Rosas Pérez, René, y Esteban Mesino Martínez, Arturo, quienes acompañaban a Cabañas el día de su muerte, el 2 de diciembre de 1974.
Agregó que los exámenes periciales indican que ambos fueron ejecutados, aunque dijo que aún se indaga si los responsables del homicidio fueron militares, integrantes de la disuelta Dirección Federal de Seguridad u otra corporación policiaca.
Puntualizó que los restos óseos de los presuntos ex guerrilleros fueron exhumados en junio de 2005 en el panteón de la comunidad de El Guayabillo.
Refirió que los huesos fueron objeto de pruebas de ADN, en las que se cotejaron las muestras genéticas de sus familiares y pudo establecerse su identidad.
Se trata, según el agente del Ministerio Público Federal, del primer caso en que la Femospp confirma la identidad de restos de personas desaparecidas durante la llamada guerra sucia (años 70 y 80), los cuales forman parte de una evidencia de que en ese lapso hubo ejecuciones extrajudiciales.
"Estas líneas de investigación indican el modus operandi de los sujetos activos (los cuales están pendientes de determinarse), en la persecución de integrantes de movimientos sociales y políticos de la década de los 70; la manifiesta voluntad de encubrir los delitos perpetrados, así como importantes indicios para próximamente determinar jurídicamente la averiguación previa en la que se investiguen estos trágicos hechos y contribuyan a conocer el paradero de personas desaparecidas, como parte del derecho a conocer la verdad", puntualizó.
De acuerdo con el expediente Femospp/054/2002, las autoridades ministeriales llegaron a El Guayabillo, donde los pobladores testificaron que en diciembre de 1974 hallaron en la zona conocida como El Ototal los cadáveres de dos desconocidos, a los que dieron sepultura.
Los peritajes se efectuaron en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, con participación de la Unidad de Medicina Genómica del Hospital General de México, de la Secretaría de Salud.
Sánchez Pontón indicó que los restos "presentaban huellas de haber sido muertos por causas violentas", pues se hallaron evidencias de que recibieron disparos en el cráneo, prueba de que los activistas fueron ejecutados presuntamente por autoridades.
Precisó que existen hipótesis sobre la muerte de Lino Rosas y Esteban Mesino. Una se refiere a que murieron en el poblado de Ototal, durante un enfrentamiento con el Ejército. Otra apunta a que los activistas fueron capturados y asesinados.