Ofició el arzobispo resguardado por al menos 100 agentes en Catedral
"No tengo ningún miedo porque yo no he hecho nada", dice Rivera Carrera
Resguardado por al menos 100 policías capitalinos algunos confundidos entre fieles, el arzobispo primado de la ciudad de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, aseguró: "no tengo ningún miedo porque yo no he hecho nada".
Feliz, saludó a un grupo de laicos que este domingo protagonizaron, dentro de la Catedral Metropolitana, una manifestación en su favor la segunda desde que el jerarca católico ha sido increpado los domingos, cuando oficia en el recinto, ya sea para exigirle un pronunciamiento por el conteo voto por voto en los comicios presidenciales o por reclamarle haber apoyado el ingreso de la Policía Federal Preventiva en Oaxaca.
Mientras, en el Hemiciclo a Juárez Jesusa Rodríguez, quien según Rivera instiga las protestas en su contra el otro es Gerardo Fernández Noroña, vocero del PRD, dio a conocer próximas acciones de resistencia civil y anunció que quienes estuvieron por el fraude electoral "nunca estarán tranquilos, donde quiera que estén".
Allí, una mujer caracterizada como Sor Juana Inés de la Cruz portaba una pancarta que rezaba: "curas necios que acusáis a la resistencia en acción, sabiendo que vosotros sois cómplices de corrupción".
Carmelo Ramírez, en tanto, personificaba a un jerarca católico, de aquellos que, escribió en cartulinas, "bendicen a asesinos, a políticos rateros y protegen a pederastas".
Los dos planteaban "no dar limosnas, no ver televisión, no comprar productos del boicot (impuesto por la resistencia a empresas que apoyaron la campaña presidencial de Felipe Calderón, como Wal-Mart, Sabritas y Coca-Cola, entre otras)" y "no al Teletón".
Como se había anunciado, después de que la Arquidiócesis de México amenazó con cerrar la catedral en protesta por las manifestaciones contra su líder, el gobierno de la ciudad de México ordenó que unos 60 elementos de seguridad pública formaran una valla frente al templo durante la la ceremonia, una hora. Ante la inacción, alguno comentó: "se me antoja una chela". Adentro, otro tanto vestidos de civil, se confundieron entre los fieles. Alguien mencionó que hasta del cuerpo de bomberos hubo.
"Amor al cardenal"
Una vez que ofició, el cardenal se acercó a saludar a fieles, detrás de las vallas que comúnmente colocan elementos de seguridad interna del recinto para contener el paso de feligreses hasta que el jerarca ingresa a la sacristía. Apenas descendió del altar mayor se comenzaron a escuchar coros de "respeto al cardenal, amor al cardenal".
Sonriente, el prelado saludó a quienes le extendían la mano. Se escuchó una porra en su honor y después: "Norberto, amigo, la juventud está contigo". Apareció entonces una pancarta con la leyenda: "Somos católicos guadalupanos y fieles al señor cardenal don Norberto Rivera Carrera".
El jerarca desapareció unos momentos del escenario para luego hablar ante los reporteros que le esperaban, a diferencia de ocho días atrás, cuando canceló toda posibilidad de entrevista, después de que un grupo personas irrumpió en el templo, para cuestionarle un supuesto apoyo a la incursión policiaca en Oaxaca. Algunos iban con las manos manchadas de tinta roja, como si se tratara de sangre.
Mucho apoyo. ¿Se siente contento, está tranquilo, no hay miedo?
Muy tranquilo, no tengo ningún miedo, porque no he hecho nada.
¿Ni de que lo agredan, que regresen las protestas?
Si me agraden a mí, no importa. Lo importante son los fieles.
¿Lo buscaron Noroña y Jesusa?, dijeron que buscarían un acercamiento con usted.
No, que yo sepa no me han buscado, no sé si me buscarán, pero de que ellos fueron, ellos fueron, la información es fidedigna.
¿Cuáles son las pruebas que tiene de que los manifestantes del domingo pasado eran del grupo de Jesusa y...?
No, no tengo pruebas. Tengo información fidedigna del gobierno de la ciudad.
¿Van a demandar?
Nunca he pensado demandar a nadie.
Consideró "una tristeza que tengan que dar seguridad por las amenazas".
El arzobispado de México, en su periódico Desde la Fe denunció que el origen de lo que llamó intolerancia, proviene de "grupos radicales de la izquierda política mexicana que no tienen el menor interés ni por la democracia ni por el bien del país".
Los acusó de estar contra las instituciones, pero "viviendo con el presupuesto de las mismas en el Senado y en la Cámara de Diputados".
Aseguró que quieren acallar a otros con insultos y que están "perfectamente ubicados por la opinión pública con nombres y apellidos".