Con el telescopio de Tonanzintla ven el fenómeno a 97 millones de km de distancia
Logra UNAM observación directa del tránsito de Mercurio frente al Sol
El recorrido del cuerpo celeste fue de las 13 a las 18 horas
El espectáculo astrónomico, que se repetirá en 2016, permite estudiar los efectos relativistas en las órbitas planetarias, explican
Ampliar la imagen El tránsito de Mercurio por el Sol también fue observado en Tulsa, Oklahoma Foto: Ap
El Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (IA-UNAM) realizó una observación directa del tránsito del planeta Mercurio frente al Sol, a unos 97 millones de kilómetros de distancia, con el telescopio de seis toneladas instalado en Tonanzintla, Puebla, mediante aparatos de control remoto.
Para los investigadores, este fenómeno, que se repite de manera irregular cada 3, 7, 10 y 13 años, permite estudiar los efectos relativistas sobre las órbitas planetarias. Es decir, la aplicación de las teorías de Einstein en la dinámica planetaria. Mercurio transitó frente al Sol durante cinco horas, de las 13 a las 18 horas, y gracias a la toma del telescopio, se pudo observar un puntito negro, como un lunar, en la parte inferior derecha del disco solar.
Esa transmisión tuvo lugar gracias al uso de las nuevas tecnologías para la difusión y la divulgación para científicos de 147 instituciones de educación superior o de investigación en todo el país, agrupados en la llamada Corporación Universitaria para el Desarrollo de Internet (CUDI), en el marco de lo que esta organización denominó el Día Virtual de Astronomía, a través de la red Internet II, el importante canal de televisión Astro-TV, de la Universidad de Sonora, y el sistema de Observación Remota, ese que permite el control del telescopio desde las instalaciones del Instituto de Astronomía en Ciudad Universitaria.
Incansable viajero
En la mitología romana, Mercurio era el dios del comercio; para los antiguos, era un cuerpo celeste que viajaba mucho, y era para la mitología griega Hermes, el mensajero de los dioses. Los sumerios ya habían descubierto este planeta tres mil años antes de nuestra era. Los griegos le dieron dos nombres: Apolo, por su aparición matutina, y Hermes como astro del atardecer.
Heráclito planteó que Mercurio y Venus orbitaban al Sol, pero no así la Tierra. Como está muy cerca del Sol, la iluminación del disco de Mercurio varía mucho al ser observado mediante telescopios. Así, cuando Galileo lo observó con un telescopio pequeño, no pudo definir sus fases, tal y como lo hizo con Venus.
Mercurio se encuentra a 57 millones 910 mil kilómetros del Sol, sólo 0.38 Unidades Astronómicas (UA). Cada UA equivale a 150 millones de kilómetros, la distancia media entre la Tierra y el Sol. En conferencia de prensa, el director del IA, José de Jesús Franco López, y los investigadores de esa entidad universitaria, Alfredo Santillán y Rafael Costero, así como el técnico académico, Luis Artemio Martínez Vázquez, afirmaron en conferencia de prensa que el último tránsito de Mercurio frente al Sol ocurrió el pasado 7 de mayo de 2003, y que el siguiente tendrá lugar el 9 de mayo de 2016.
Informaron que estos fenómenos astronómicos han permitido a los científicos, desde la antigüedad, relacionar distancias y movimientos. Por ejemplo, el tránsito de Mercurio permitió en el siglo XIX descubrir que su órbita que es la más elíptica de los planetas no siempre está orientada en la misma dirección, sino que se mueve. Este movimiento se llama precisión de los nodos, un efecto relativista empleado por Albert Einstein y otros investigadores, para establecer la teoría de la relatividad.
Además, fenómenos de esta índole fueron importantes porque el tránsito de Mercurio y el de Venus se emplearon para medir la distancia de la Tierra al Sol. También sirvió para determinar que el Sistema Solar funciona con precisión.