Reitera Madrid sus condiciones para avanzar: diálogo y ausencia de violencia
"Se pudrirá" el proceso de paz en el País Vasco si continúa el bloqueo, advierte ETA
Madrid, 4 de noviembre. ETA advirtió en un comunicado interno, publicado en el diario Gara, que el proceso de paz se encuentra "bloqueado", por lo que si no se avanza en la negociación y el diálogo se corre el riesgo de que "se pudra" la pacificación del histórico conflicto en el País Vasco.
La organización armada responsabiliza de esta situación a los estados español y francés, y a los partidos Socialista de Euskadi (PSE) y Nacionalista Vasco (PNV), si bien no hace alusión al reciente robo de un arsenal de armas en el sur de Francia, que la policía atribuyó a la banda etarra.
El proceso de paz vasco se encuentra en "crisis", quizá en la situación más frágil desde que el 22 de marzo ETA anunció el "alto del fuego permanente" de las acciones armadas y se inició una serie de contactos semiclandestinos entre agentes implicados para encarrilar las negociaciones.
Siete meses después, el Ejecutivo español del socialista José Luis Rodríguez Zapatero no ha informado si se han llevado a cabo o no los supuestos contactos que mantendría con ETA al comienzo del otoño -como el mandatario auguró-, ni se ha avanzado en la constitución de la llamada "mesa de partidos políticos", complemento político de la negociación ETA-Madrid.
Asimismo, Madrid se mantiene en alerta ante el recrudecimiento de la violencia de la izquierda abertzale en el País Vasco -ayer se atacó una sede social del PSE- y abrió de nuevo una etapa de verificación del alto del fuego por el robo de 3 mil 500 armas de fuego en el sur de Francia.
Bajo este contexto, ETA volvió a fijar su posición en un comunicado en el Zutabe (boletín interno etarra), en que dice estar dispuesta a realizar "un nuevo esfuerzo en el carril de la negociación con el gobierno de España, con la voluntad de reconducir un proceso que se encuentra bloqueado".
En cuanto a los pasos dados en favor de la paz en los últimos siete meses, señaló que "han dejado perder un tiempo precioso en el que no se ha dado un solo paso visible en el proceso democrático y en que no han cesado la opresión y las agresiones contra Euskal Herria", y que si continúan esas "actitudes mezquinas, el proceso se pudrirá".
La organización vasca fijó dos condiciones del Ejecutivo español para avanzar en el proceso: "en primer lugar, cumplimiento de los compromisos que adoptó para dejar a un lado la represión y cesar en los ataques"; y en segundo lugar, "deberá comprometerse claramente a respetar el resultado del proceso de Euskal Herria, es decir, la voluntad de los ciudadanos vascos".
Advierte al resto de las formaciones políticas implicadas en el proceso de paz, al señalar que si "en este otoño" no se han dado "pasos visibles de cara al proceso democrático, el proceso de rompería".
También llamó a militantes y simpatizantes a impulsar el proceso paz en "cinco ejes": "hacer frente a la ofensiva española; abrir nueva fase de lucha frente al Estado francés (para que no se desinhiba ante el conflicto y su solución); impulsar pasos en el proceso democrático; ante riegos, actuar de forma rápida y prudente; y fortalecer la izquierda abertzale tiene importancia vital".
En cuanto a la situación de Batasuna, ilegalizada desde 2003, ETA considera que el "PSE chantajea para que constituya un nuevo partido, nuevas siglas. Y partidos como PNV, Izquierda Unida y Aralar lo aplauden". También denuncia "la presión generalizada" que se aplica sobre el colectivo de presos etarras.
El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, respondió a ETA con una escueta declaración en que reiteró que "las reglas del proceso de paz son inamovibles y no se cambian ni con comunicados.
Al ser preguntado sobre el inicio del diálogo con ETA, el funcionario español respondió con una enigmática frase: "No está ni lejos ni cerca, ni arriba ni abajo".
El comunicado de ETA también sirvió para que el derechista Partido Popular, la única formación política contraria al proceso de paz, señalara mediante su máximo dirigente, Mariano Rajoy, que "ETA ha vuelto a demostrar que no quiere la paz", por lo que instó al gobierno a "no ceder más" en las negociaciones.