Cuatro millones 200 mil cámaras de tv los vigilan
Viven británicos en la sociedad que vaticinó Orwell en su novela 1984
Ampliar la imagen La vida pública y privada de los británicos, bajo control electrónico de las autoridades Foto: Reuters
Londres, 2 de noviembre. Con 4 millones 200 mil cámaras de vigilancia estatales y privadas, tarjetas de crédito que registran las compras de cinco de cada 10 británicos, un banco de huellas digitales de 10 por ciento de los 60 millones de británicos y los datos genéticos de 3.5 millones de personas, Gran Bretaña es en la actualidad el país más vigilado de Europa, el "Estado Big Brother", según definió el periódico Daily Telegraph.
La SSN, grupo de expertos Surveillances Studies Network (Red de Estudios sobre Vigilancia), publicó un estudio de 140 páginas sobre las multiples formas de control en Gran Bretaña, el país del escritor George Orwell (1903-1950), autor de la famosa novela 1984, donde supone la existencia de un ente público totalitario que ejerce un ominoso control de los individuos.
De camino a su trabajo, en el centro comercial o en la pausa de la comida, la imagen de un británico promedio es capturada cada día alrededor de 300 veces, señaló el estudio de la SSN.
"Hace dos años advertí que nos encontrábamos sonámbulos hacia una sociedad bajo vigilancia constante. Ahora, al despertar, estamos en ella", afirmó el encargado británico de protección de datos, Richard Thomas, quien solicitó la realización del estudio de la SSN.
"La vigilancia puede ser útil y deseable", consideró Thomas al hablar de aspectos positivos. Pero a la larga, acotó, eso lleva a un "clima de sospecha".
La instalación de cámaras en distintos puntos del país permite a las autoridades policiales la vigilancia permanente de plazas, edificios públicos y monumentos, así como en accesos a los sistemas de transporte, como el Metro londinense.
La investigación de la serie de atentados en el tren subterráneo, el 7 de julio de 2005, pudo realizarse rápidamente con apoyo de las imágenes captadas por las cámaras, que detectaron el momento en que ingresaron los atacantes a las estaciones.
Con estos aparatos también fueron captados momentos previos al asesinato del brasileño Jean Charles de Menezes, en la estación Stockwell de Londres, durante la persecución de individuos supuestamente coludidos en el ataque al Metro.
De acuerdo con la BBC, el agente que mató a De Menezes ultimó el martes anterior a un presunto ladrón en New Romney, al sureste de Inglaterra, hecho que provocó que la familia del brasileño se declarara hoy "horrorizada" de que se le mantenga al policía "una licencia para matar".
La investigación sobre el asesinato del brasileño, que no tuvo responsabilidad alguna en los ataques, está aún bajo investigación, lo que ha provocado protestas de los familiares y organizaciones no gubernamentales, que también se quejan de la "ambigüedad" del gobierno británico con relación a la práctica de la tortura.
"El gobierno británico proclama el combate a la tortura en todo el mundo, al tiempo que cuestiona la prohibición" en el contexto de la llamada guerra contra el terror, señaló Human Rights Watch en el estudio titulado "Ambivalencia peligrosa: la política británica sobre la tortura después del 11 de septiembre".