Usted está aquí: miércoles 18 de octubre de 2006 Cultura Indígenas tzotziles mostraron el realismo y profundidad de su cultura

EL CERVANTINO

Indígenas tzotziles mostraron el realismo y profundidad de su cultura

FERNANDO CAMACHO SERVIN ENVIADO

Guanajuato, Gto., 17 de octubre. Al grito jubiloso de ''¡esta noche todos somos chamulas!", el pasado lunes se efectuó en la explanada de Los Pastitos el Carnaval chamula, uno de los actos más atractivos en la agenda de Chiapas, estado invitado de honor del 34 Festival Internacional Cervantino (FIC).

La velada anterior un fuerte aguacero hizo imposible este espectáculo al aire libre, y cuando apenas llevaba unos 20 minutos de haber comenzado, tuvo que suspenderse por seguridad.

Así, la presentación del conjunto chiapaneco en esta ciudad debió esperar, tras haber estado el viernes 13 en la Plaza Fundadores, de León.

Con música, danza, cantos y fuegos artificiales, el grupo, coordinado por Enrique Pérez López, recrea el Kin Tajimoltic o Fiesta del juego, que se celebra al inicio del año nuevo maya y donde se baila cinco días consecutivos.

La festividad representa episodios del Popol Vuh, libro sagrado de la civilización maya, incorporando al mismo tiempo algunos elementos de los evangelizadores españoles que llegaron en el siglo XVI al valle que después sería conocido como San Juan Chamula.

Conocida por el celo con el que guardan sus tradiciones frente a los visitantes, ésta fue una oportunidad inmejorable para acceder a la cultura y ritos de esta comunidad indígena tzotzil, aunque en conferencia de prensa los artistas remarcaron que el carnaval no debía ser visto como un show folclórico, sino como una oportunidad de plasmar con realismo sus tradiciones.

La experiencia de la noche anterior sirvió para afinar detalles de logística, y el carnaval empezó puntualmente con la aparición de un grupo de bailarines y músicos, vestidos con el atuendo tradicional de levita, calzones de manta y anchas casacas de lana, mientras el personaje principal o paxyon narraba en español y tzotzil el mito fundacional de su pueblo.

Mantra de coros y guitarras

Entre fuegos artificiales y toritos, los chamulas recrearon un ambiente de alegría muy propio, un mantra de coros y guitarras dulcemente triste, creciendo en intensidad hasta llegar a la ceremonia en la que el protagonista corre junto con su ejército sobre paja en llamas en un acto tanto de purificación personal como relativo al calendario agrícola.

La ceremonia se desarrolló todo el tiempo en un ritmo pausado, con la calma necesaria de un acto ritual, en un despliegue escénico lento pero muy emotivo que si bien pudo haberle resultado tedioso a un sector del público, dejó satisfecho a quienes deseaban conocer aunque sea un poco el alma de los chamulas, el pueblo del ''agua espesa", al que el agua de lluvia esta vez sí respetó.

 
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