De Chavarrías, aborda el lado oscuro de las personas
Proyectan Las vidas de Celia en San Sebastián
El financiamiento, beneficio de las coproducciones, dice
San Sebastian, 27 de septiembre. La confrontación de las vidas ocultas de cualquier persona con su realidad es lo que presenta el cineasta español Antonio Chavarrías, en la película Las vidas de Celia, coproducción de España y México.
El filme que se exhibió en la edición 54 del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, tiene como punto de partida mostrar el lado oculto que todos los seres humanos tienen, "la parte que no se enseña a los demás de la realidad".
Para el cineasta, quien también dirigió Nicotina, realizar coproducciones obtiene grandes beneficios como el financiamiento total; se amplía el mercado para distribuir la película, y sobre todo, existe acceso total al talento al incorporar a actores de otros países.
La película, que se estrenará en México a principios de 2007, aborda el tema de la cotidianidad, en la que los personajes se construyeron de la manera más natural porque no se presentan grandes situaciones. La trama gira en torno de una familia que se ve relacionada con el asesinato de una adolescente. Las investigaciones llevarán al policía Miguel Angel a conocer los secretos de la vida de Agustín (Daniel Giménez Cacho), Angela (Aída Folch) Celia (Najwa Nimri) y Miguel Angel (Luis Tosar).
El tema de la cotidianidad y el ritmo del rodaje, complicaron la interpretación de los personajes, pues eran tan normales que carecían de rasgos o debilidades. El actor mexicano, Daniel Giménez Cacho, comentó que no tenía elementos para construir su personaje pues eran tan normales, que no había trascendencia en la relación con Celia.
Agregó que siempre el actor intenta aprender nuevas maneras para actuar y abordar los personajes.
La cinta fue apreciada por una parte del público, pero también a varias personas les pareció gris, que por momentos engancha al espectador, pero después las secuencias son demasiado largas y con silencios.
Hana, una historia de samuráis
En la jornada de este miércoles también se presentó el filme japonés Hana, de Hirokazu Kore-eda, la cual fue una más de las películas del festival que sólo han causado risa en el espectador al dar un giro a la historia de los samuráis.
Fingir que se puede cambiar la realidad es el dilema que plantea Kore-eda mediante una historia desarrollada en 1702, época en que los clanes de los samuráis ofrecían recompensas económicas a aquellos miembros que llevaran a cabo con éxito un acto de venganza.
Con esta cinta, el director revierte la visión que existe de los samuráis, al crear un personaje que cuestiona el sentido de la venganza, de tal forma que intenta describir a un samurái que desea vivir y no morir, que vive rodeado de gente del pueblo.
"Al situar al protagonista en medio de esta gente y de su concepto de la vida, he hecho que encontrara la forma de salir de la reacción en cadena de la muerte y de liberarse de la idea de matar y morir como un buen samurái", señaló Kore-eda.
La esperada y polémica cinta World Trade Center, del director estadunidense Oliver Stone, se proyectó por la tarde. Relata la historia de unos supervivientes de los atentados del 11 de septiembre. También se exhibirá en el Velódromo de Anoeta, que este año celebra 20 años.