Recibir el premio de la FIL, honor indeclinable: Monsiváis
Señora directora: A propósito de la controversia suscitada por la demanda de la familia de Juan Rulfo, que solicita el retiro del nombre de este gran escritor del premio otorgado por la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, y en tanto ganador de esta distinción en 2006, le envío las siguientes precisiones personales:
1. El Premio Juan Rulfo se ha acreditado a lo largo de numerosas entregas por la muy alta calidad de los escritores cuya obra se reconoce. Basta citar, con la grave injusticia de las omisiones, a Nicanor Parra, Olga Orozco, Augusto Monterroso, Sergio Pitol, Tomás Segovia, Julio Ramón Ribeyro y Juan Goytisolo. En suma, en el panorama de la literatura en español el Premio Juan Rulfo tiene una fuerza propia que deriva muy centralmente de los aciertos en las designaciones.
2. Nunca he dudado de los derechos de la familia Rulfo, y al respecto esperé alguna forma de arreglo con la FIL y su presidente Raúl Padilla, que han razonado la necesidad de continuar con el nombre del Premio. En todo caso, estoy convencido de un hecho: un reconocimiento cultural no debe ser objeto de un litigio porque lo esencial no sólo radica en el nombre que lo ampara, en este caso tan ilustre, sino en la trayectoria del premio, en la solidez de la institución que lo otorga, la calidad de los jurados y la estimación del medio cultural y los lectores. La distinción de la FIL, insisto, es muy valiosa en lo fundamental por su muy atinada adjudicación desde el primer año hasta Tomas Segovia... y allí me detengo al no ser quién para emitir opiniones sobre mi trabajo.
3. Da pena decirlo por evidente: Raúl Padilla no concede el Premio Juan Rulfo. Este, desde la primera entrega, ha quedado a cargo de un jurado integrado por escritores y críticos de obras muy reconocidas. Sostener lo contrario sería abrir otra zona de contienda, inútil por insostenible.
4. Lamento muchísimo, lo digo otra vez, este episodio. Reitero mi agradecimiento a la FIL y al jurado, y mi aprecio por la familia Rulfo. Recibir el premio de la FIL es un honor indeclinable por causas en las que no debería intervenir el envanecimiento, y de cualquier manera al nombre de Juan Rulfo me vincula mi fidelidad de lector constante.
Atentamente
Carlos Monsiváis