Lo aprobó el arzobispo Rosendo Huesca, según documento en poder de La Jornada
Ya prófugo, Nicolás Aguilar fue facultado en 2001 para seguir de cura en Puebla
El arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco, autorizó en 2001 que Carlos Nicolás Aguilar Rivera -prófugo de la justicia estadunidense desde tres años atrás por haber abusado sexualmente de 26 menores en Los Angeles, California- continuara ejerciendo su ministerio sacerdotal en ese estado, según consta en un oficio de la secretaría de comercio y gobierno del arzobispado poblano, en poder de este diario.
Dos meses antes de la aprobación del jerarca, el sacerdote había obtenido además un amparo contra una probable orden de aprehensión tras las acusaciones de 60 menores del poblado de San Vicente Ferrer, cuyas familias lo denunciaron también por la misma causa, en la ciudad de Tehuacán. Poco después, un juez revocó esa suspensión y al año siguiente se le decretó el auto de formal prisión por corrupción de menores, pero está prófugo.
En el oficio del arzobispado de Puebla, número de registro 274-01.G, el entonces vicario de la curia, Alfonso Mejorada, le notificó al presbítero Aguilar Rivera que el arzobispo Huesca le aprobó, a partir del 2 de abril de 2001, su petición de ser sacerdote auxiliar de Gilberto Nájera Nájera, párroco de Santa Clara Huitziltepec, durante dos meses, con posibilidad de renovar el permiso. Cuando esto ocurrió Carlos Nicolás ya había enfrentado a la justicia del Distrito Federal. En 1990 y 1994, las familias de dos menores de la capital del país lo denunciaron por ataque sexual, pero sus demandas no prosperaron. La segunda corresponde a Joaquín Aguilar, el joven de 25 años que denunció el pasado martes a los cardenales Norberto Rivera Carrera y Roger Mahony por "conspiración a la pederastia", específicamente protección a ese sacerdote, en la corte superior californiana.
Anónimamente, vía telefónica, se informó que el oficio, con número de registro 274-01.G del arzobispado de Puebla, se entregó a La Jornada para rechazar las versiones que desde hace más de un año manejan algunos medios de información, respecto de que Nájera Nájera, amigo de la infancia del inculpado, lo protegió en 1988, cuando Aguilar Rivera escapó de la justicia estadunidense.
A continuación el texto íntegro del documento, dirigido al presunto pederasta, en el que se lee "Permiso de ejercer el ministerio en Huitziltepec".
"Señor presbítero don Nicolás Aguilar Rivera, presente:
"El señor arzobispo de Puebla doctor don Rosendo Huesca Pacheco, mi muy digno prelado, en el acuerdo de este día, conforme a la petición que usted le hace, ha tenido a bien concederle ejercer el ministerio sacerdotal en la parroquia de Santa Clara Huitziltepec, ayudando al párroco señor cura don Gilberto Nájera Nájera, durante dos meses a partir de la fecha del presente documento, renovables a petición expresa hecha por escrito.
"Lo que comunico a usted para su conocimiento y fines consiguientes. Dios Nuestro Señor guarde a usted por muchos años. Puebla, Pue., 2 de abril de 2001. Firma, Alfonso Mejorada, canciller."
No se especifican los motivos por los cuales Nicolás Aguilar hizo la petición, aunque la persona que envió el texto a este diario especificó que lo hizo aduciendo "motivos de salud".
El jueves pasado, el obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar, confirmó que el presunto pederasta continúa adscrito a la diócesis bajo su cargo, porque no existe en sus archivos ningún documento que confirme que haya sido suspendido de su ministerio sacerdotal.
En 1986, cuando el presbítero inculpado tenía a su cargo la iglesia de Cuacnopalan, Puebla, recibió una fuerte golpiza que lo dejó malherido, presuntamente al participar en una orgía sexual con jóvenes residentes de otros lugares, y anteriormente -según registros periodísticos- ya se le había imputado la violación del hijo de una maestra del poblado, que a su vez conocía a una persona muy allegada al arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca.
Este último supuestamente le exigió al entonces obispo Rivera Carrera, sacar del lugar al religioso. Según la Arquidiócesis de México, Carlos Nicolás solicitó permiso al prelado para viajar a Los Angeles. Allí se le permitió continuar como sacerdote en dos parroquias y el 7 de mayo de 1988 se presentó la demanda penal en su contra, sustentada en 19 cargos por los ataques sexuales a los menores.
Huyó a México y apareció como párroco de San Antonio de las Huertas, en el Distrito Federal. En esa iglesia presuntamente cometió abuso sexual contra Alfonso Sánchez, en 1990, y cuatro años más tarde contra Joaquín Aguilar.
Tiempo después, Nicolás reapareció en Tehuacán. El 27 de noviembre de 1997, cuatro menores, junto con sus padres y familiares, acudieron a la agencia del Ministerio Público de esa ciudad para denunciar al religioso como presunto responsable de abusos sexuales en su contra, como parte de un grupo de 60 menores de entre 11 y 13 años de edad. Se inició la averiguación previa 3497/997/DRS.