¿LA FIESTA EN PAZ?
Qué partida, Silverio (III y último)
HAYA SIDO IDOLO del pueblo u oscuro miembro de éste, el ser humano carga con un final prosaico: morir con aplastante puntualidad. Lo que haya podido hacer o dejar de hacer a lo largo de su existencia no modifica este final. Silverio Pérez Gutiérrez, talento vestido de luces, rebasado por su propio mito, vive cada hoy con serena aceptación, extraño gusto y añeja sencillez.
"SEÑORITA -HABLA SILVERIO Pérez-, mándeme seis cartones de cerveza". Casi en cualquier ciudad taurina del orbe la anterior petición habría sido tomada a broma, excepto en Texcoco, donde nació y piensa acabar sus días.
"POCOS RECUERDAN, PERO de novillero toreé en Barcelona, en sus dos plazas, La Monumental y Las Arenas, y en ambas salí a hombros, gracias a Dios. Alguna debilidad, ¿a mis años? Bueno, hasta hace poco me quedaba una: robarme el buen pan de la comida o cena a donde me invitaran. Casi no veo televisión. Me duermo a las 10 y me levanto entre seis y siete; hojeo algún periódico; veo, oigo y les doy de comer a los pájaros; me vuelvo a sentar en este sofá; pienso, recuerdo y espero. Ah, y recibo una que otra llamada."
"EXTRAÑO A MIS amigos, y aunque no lo parezca, también extraño la posibilidad de torear. Pero sobre todo extraño una fiesta que viví y que parece que ya no volverá. Son factores taurinos y no taurinos. Hoy la fiesta enfrenta muchos problemas, varios con solución, pero otros más complicados. Veo un país cada vez más dividido, tanto en lo político como en lo económico, y en los medios, que no ayudan a crear consciencia ni consenso nacional que sume el esfuerzo de todos para salir adelante.
"FUI Y SOY priísta, por eso me duele ver que, como nunca, al partido le falta gente con arrastre, capacidad de convencimiento y examen de consciencia. Una cosa es sumar esfuerzos y otra subirse al mismo carro y en la misma dirección. La política ha perdido vocación de servicio, no se diga los partidos. Pero nunca me gustaron las polémicas ni las discusiones. Quizá por eso me hicieron a un lado.
"EN LA POLITICA, como en la fiesta de los toros, hay muchos enemigos. Nunca dan la cara, pero se sienten. Igual que de la fiesta, también es difícil hablar de política. Son dos mundos muy distintos cuando se está adentro y cuando se está afuera. Las consecuencias se notan. Tanto la política como la fiesta necesitan enderezar el rumbo.
"DE MI EPOCA me gustaba el sevillano Pepe Luis Vázquez, y de los actuales (duda), pues todos, con sus virtudes y sus defectos. No, hace tiempo que ya no canto, más que por falta de ganas, porque mis dedos índice y medio de la mano izquierda no los puedo presionar en el diapasón. Cuando me acompañan algo sale.
"LA MUSICA QUE más me ha gustado es la ranchera. Más que una amistad estrecha, a Agustín Lara y a mí nos unió una admiración recíproca. Seguramente vio torear a Carmelo, mi hermano, a quien le gustaba el tango y hasta tocaba el violín. Tenía un carácter maduro, formado y fuerte, a pesar de tener sólo 20 años."