Techos de lámina y plástico, en una zona de nivel económico medio alto
Viven en la marginación más de 100 habitantes de vecindades de Mixcoac
Diputado del PAN acudió a proporcionarles pintura blanca para pintar las fachadas
Ampliar la imagen Techo formado con plásticos en una de las viviendas de San Juan Mixcoac Foto: Aez
Viejas láminas de asbesto o de metal oxidado, madera podrida y lonas con huellas del pasado proceso electoral, sirven de techo a más de 100 personas de escasos recursos que viven en vecindades de la calle Augusto Rodin, en la colonia San Juan Mixcoac, delegación Benito Juárez.
Son viviendas de tres o cuatro cuartos que fueron construidas hace más de 80 años, y que han sido heredadas de padres a hijos, cuyas paredes muestran el paso del tiempo, ennegrecidas, con tabiques desmoronándose. Al entrar el olor a humedad es intenso.
"Cuando empieza a llover fuerte, con granizo y aire, nos ponemos a rezar para que no se rompa el plástico", expresa José Antonio Segoviano. Dos capas, una de lona y otra de plástico transparente, forman el techo de dos cuartos en los que viven seis adultos y un niño. Hay una litera con cobijas, almohadas y ropa doblada.
Akabani vino en campaña y nunca regresó
Al caminar por el pasillo se puede apreciar cómo se está hundiendo. "Hace tres años vino (Fadlala) Akabani, cuando estaba en campaña para ser delegado, y nos dijo que iban a arreglar. Nunca regresó", recuerda Angela Díaz, de más de 50 años.
El predio pertenecía a su abuelo, quien lo repartió entre sus seis hijos. "Toda mi vida he vivido aquí". Hasta hace un par de meses vendía quesadillas, pero se enfermó y ya no puede mover un brazo. Su esposo, a falta de empleo "anda de franelero".
Su vivienda consta de tres cuartos. Los rayos del sol se cuelan por los hoyos que tienen las láminas oxidadas, y entre la separación que hay con la pared. Con vigas de madera apuntalan los muros. "Anoche llovió, y hay que poner cubetas para que ahí caiga el agua".
Casi frente a ella vive la esposa de su sobrino. Tiene dos niños: Rubén, de siete años, y Carla, de cuatro, y está esperando su tercer hijo. "Nos regalaron unas láminas para ponerlas en ese cuarto, que es donde dormimos". En el lugar apenas cabe una litera, y la ropa limpia la cuelgan en ganchos, en un mecate.
En la vecindad de junto viven 10 familias más, todas con el apellido Montes de Oca.
Las condiciones de las viviendas no son muy diferentes. En una vive la señora Alejandra con su padre, Armando Montes de Oca, de 78 años. "Hace dos años compramos láminas de asbesto de medio uso, pero ya están muy deterioradas", dice.
Ante lo dañado de los techos y paredes, corren el riesgo de que los derrumben las ramas de los árboles, al caer sobre sus viviendas. "Hemos dado aviso a la delegación para que las venga a cortar, pero no nos hacen caso".
¿Quién nos puede ayudar?
Poco o nada saben de los programas de apoyo a la construcción que llevan a cabo los gobiernos central y delegacional. "Nadie nos ha dicho nada, tenemos que ir a delegación, pero ¿quién nos puede ayudar?", preguntan.
Esas vecindades contrastan con las casas de nivel económico medio alto que las rodean, algunas con jardín.
De acuerdo con datos del 12 Censo de Población y Vivienda, realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática en 2000, en la primera Cerrada de Augusto Rodin hay ocho casas, y en cada una viven en promedio 10 familias.
El nivel de escolaridad promedio de los adultos es de primaria. No obstante, esa colonia de Mixcoac está catalogada como de muy baja marginación.
A diferencia del jefe delegacional saliente hace tres años, y antes que él José Espina, su antecesor, ayer Alfredo Vinalay, diputado local de mayoría por el distrito 20, del Partido Acción Nacional (PAN), acudió a la cerrada a cumplir una promesa que hizo en campaña: les llevó botes con pintura blanca para que pinten las fachadas.