El nuevo secretario del Tesoro Henry Paulson fue recibido con honores en la nación asiática
Emprenden China y EU camino hacia nueva era en sus relaciones económicas
Buscan dejar atrás sus diferencias y hacer valer su papel de locomotoras del mundo
Ampliar la imagen El secretario del Tesoro estadunidense, Henry Paulson, conversa con Xi Jinping, secretario del Partido Comunista de la provincia de Zhejiang, frente a un pabellón en Hangzhou, China Foto: Ap
Pekín, 23 de septiembre. Enfrentados económicamente por los desequilibrios comerciales, el valor del yuan o las violaciones a la propiedad intelectual, Estados Unidos y China podrían abrir ahora una nueva era de cooperación, amparados en sus roles de "locomotoras" de la economía mundial.
El nuevo secretario estadunidense del Tesoro, Henry Paulson, efectuó esta semana su primera visita oficial a China, donde fue acogido con todos los honores y como un "viejo amigo" por los responsables del país.
Paulson, sucesor de John Snow -hombre crítico con el aún cerrado mercado chino y su yuan artificialmente bajo-, es un excelente conocedor de China, adonde viajó más de 70 veces cuando era presidente del banco de negocios Goldman Sachs.
Ese conocimiento personal de un país tan complejo puede dar resultados: durante la visita oficial de Paulson, Pekín y Washington anunciaron el miércoles la creación de un "diálogo estratégico" para renovar sus vínculos económicos.
Dos veces por año, China y Estados Unidos organizarán encuentros bilaterales de alto nivel, centrados en sus relaciones económicas y financieras. Ese nuevo foro, que se reunirá alternativamente en Washington y Pekín, lo hará por primera vez a fines de 2006 en la capital china.
Los propios presidentes estadunidense, George W. Bush, y chino, Hu Jintao, han patrocinado el foro.
"El presidente Hu y yo mismo convinimos en la importancia de mantener intensas relaciones económicas bilaterales, en beneficio" de ambos países, aseguró Bush en un comunicado.
Estados Unidos es la primera potencia económica mundial y China (mil 300 millones de habitantes) es la cuarta por el volumen de su PIB, por delante de Francia o Gran Bretaña, recientemente desbancados por la emergente nación asiática.
Diálogo sin precedentes
Durante su visita a China, Paulson se mostró partidario de mejorar de forma duradera la relación chino-estadunidense, evitando "soluciones a corto plazo" y presiones demasiado intensas sobre Pekín.
En efecto, las relaciones comerciales y económicas están marcadas por la controversia. Estados Unidos arrojó un enorme déficit comercial en 2005 ante China (200 mil millones de dólares), que atribuye a un yuan mantenido artificialmente bajo por las autoridades del país asiático.
A las fuertes presiones para flexibilizar su régimen de cambios y reevaluar el yuan, se suman los numerosos rifirrafes comerciales entre Occidente y China (textiles, autopartes), o las acusaciones sobre violación de la propiedad intelectual.
Según un informe del gobierno de Estados Unidos divulgado este año, China está entre los mayores violadores de los derechos de propiedad intelectual de las empresas estadunidenses.
Sin embargo, Paulson -y la Administración de Bush- parecen ahora optar por un enfoque menos agresivo en sus controversias con Pekín, insistiendo más en unir vínculos entre las "dos locomotoras económicas" del planeta.
"La relación entre Estados Unidos y China es la relación más importante económica bilateral existente actualmente en el mundo" aseguró Paulson, justificando por ello "la creación de ese diálogo sin precedentes".
A través de ese intercambio, Estados Unidos exhortará a China a sustituir su frenético crecimiento, basado en el comercio exterior, por una apertura de su mercado financiero y un estímulo de la demanda interna.
Paulson defiende la virtud de la "paciencia" para tratar con China. Ese nuevo enfoque -considerado en algunos sectores de Estados Unidos como demasiado conciliador-, ha sido en cambio bien acogido en el país asiático.
El órgano del Partido Comunista, el Diario del Pueblo, lo calificó de "renovador" y "refrescante". Y, antes de terminar su visita, el secretario del Tesoro tuvo el raro privilegio de ser recibido el viernes por el propio presidente Hu.
Sin embargo, los escépticos recuerdan que este "diálogo estratégico" entre Washington y Pekín es el enésimo mecanismo de consulta bilateral, y que siguen sin resolverse numerosas tensiones entre los dos países.
Richard Bush, investigador de la Brookings Institution de Washington, advirtió de que en este proceso de diálogo las palabras pueden ser más importantes que los "actos", con el riesgo de que no se "pueda o quiera resolver los problemas".