Usted está aquí: domingo 24 de septiembre de 2006 Opinión Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

De Francia a Hungría ¿revuelta global contra el neoliberalismo y la mitocracia?

Ampliar la imagen El primer ministro húngaro Ferenc Gyurcsany resultó ser igual de neoliberal y probushiano que Vicente Fox FOTOAp

Después de la revuelta del año pasado de los "refugiados económicos" -los desamparados de la globalización- en los suburbios parisinos, ahora toca el turno a los ciudadanos húngaros, quienes sitiaron a la mendaz televisora y han puesto en jaque al primer ministro Ferenc Gyurcsany (FG).

Sería un grave error de juicio focalizar únicamente a Europa y soslayar las imponentes protestas pacíficas de los latinoamericanos contra las vejaciones neoesclavistas de la teocracia neoliberal bushiana. Pero más grave aún sería reducir el maravilloso despertar ciudadano global a la banalidad de una dicotomía izquierda-derecha, categoría superada por la nueva dicotomía más cercana a la realidad de principio del siglo XXI: globalizadores necrófilos contra altermundistas biófilos.

La revuelta parisina se escenificó contra un gobierno moderado de derecha, el neogaullismo, clásicamente independiente frente a la política hegemónica del eje anglosajón, mientras que las protestas húngaras operan contra un mendaz gobierno "socialista" (sic) que aplica sin pudor el insoportable programa neoliberal.

El mendaz FG, economista "socialista" a quien le encantan los negocios neoliberales, confesó haber mentido "mañana, tarde y noche" con el fin de ganar las elecciones y es catalogado como "blairista" por Anne Rodier (Le Monde; 21/09/06), además de "oportunista de carrera, sin escrúpulos" que amasó una inmensa fortuna en sus "privatizaciones opacas (sic) de la década de los noventa", es decir, una conducta similar al anterior "maoísta" (sic) Carlos Salinas de Gortari, ahora convertido en el neoliberal Caballo de Troya del nepotismo dinástico de los Bush.

Por encima de sus acrobacias metafísicas de travestismo ideológico, el "socialista" FG es tan mendaz, neoliberal y probushiano como Fox. A juicio de Rodier, FG "encarna la nueva generación de políticos construida sobre las cenizas del comunismo" que pretendía representar la "tercera vía" propagada por el primer ministro británico Tony Blair "adaptada para Europa Oriental, pero que no tiene la legitimidad de las urnas" (Nota: Idéntico al espurio neoliberal panista Calderón).

Hungría, anterior bastión imperial, es un país históricamente clave en Europa que ha marcado los tiempos paradigmáticos (el famoso "zeitgeist"): hace exactamente medio siglo, la revuelta contra su pertenencia al Pacto Varsovia indicó el rumbo antitotalitario que intentó disfrazarse con el "comunismo goulash" de Janos Kadar en 1968 y que sucumbió ante el oleaje libertario de 1989. Un año más tarde inició la aventura neoliberal que naufraga 16 años más tarde y que difícilmente podrán impedir sus nuevas adhesiones a la OTAN y a la Unión Europea.

Del tamaño aproximado de Chiapas, con cerca de 10 millones de habitantes, comparte fronteras con Austria (366 kilómetros), Croacia (329 kilómetros), Rumania (443 kms), Serbia (151 kms,) Eslovaquia (677 kms), Eslovenia (102 kms) y Ucrania (103 kms), en algunas de las cuales se pudiera diseminar un "efecto dominó" antineoliberal, cuando estalle la muy cantada crisis financiera al estilo del "efecto Islandia".

Cuando la realidad emerge, las simulaciones fenecen. Más allá de las simplificaciones triviales, el "blairismo" -sintetizado con el "oxymoron" de "soclalismo neoliberal" que mezcla el thatcherismo fiscal con el laborismo británico-, constituye el peor de todos los travestismos políticos que, desde el fracaso de la "tercera vía" y su "ofertismo fiscal" ("supply-side-economics"), ya no sabe cómo disfrazar su pertenencia neoliberal y su alianza con la bélica teocracia bushiana, al unísono de los espurios "socialismos"(sic) como el español y el chileno, nada coincidentemente alabados por el protofascista panista Santiago Creel Miranda, disfuncional ex secretario de Gobernación foxiano.

Cabe la alerta sobre un camaleónico segmento "blairista" en el PRD mexicano que, con tal de alcanzar al poder como fuere (cuando a veces, como en la coyuntura presente, es mejor ver el incendio del modelo neoliberal a lo lejos para luego refundar a la nación), ha sucumbido al pragmatismo mercantilista en detrimento de la pureza ideológica y las decisiones trascendentales en el momento decisivo de transformación histórica de principio del siglo XXI.

Habría que acoplar conceptualmente las revueltas europeas contra la globalización y la mitocracia (el gobierno de la mentira) con las protestas de los latinoamericanos en Estados Unidos y la convención nacional democrática en México.

La naturaleza del gran despertar ciudadano del siglo XXI fue abordada por Zbigniew Brzezinski (ZB), anterior consejero de seguridad nacional de Carter, en un artículo del otoño de 2005 en American Interest "El dilema del último soberano", sobre el cual habíamos alertado en Bajo la Lupa (19/03/06): ZB desmenuza el fenómeno del despertar de "una cada vez más efectiva comunidad global. (...) En el siglo XXI, la población de la mayor parte del mundo en desarrollo se encuentra en turbulencia política, y en muchos lugares en efervescencia intranquila. Es una población consciente agudamente de la injusticia social en un grado sin precedente, y frecuentemente resentida por su percibida carencia de dignidad política". Concluía que ahora le toca lidiar a Estados Unidos con la "juventud del tercer mundo particularmente resentida e intranquila. La revolución demográfica que encarnan es una bomba política de tiempo".

Asentamos en ese entonces que "en la fase presente se trata más bien de una rebeldía universal frente a la antropofagia de la desregulada globalización financiera feudal impuesta por el paraguas nuclear anglosajón, que no alcanza asimilar ZB, el gran pensador de la decadencia estratégica estadunidense. Cunde el pánico en el Potomac frente a la revuelta universal de la sociedad civil y el nuevo poder ciudadano".

Poca gente conoce que el verdadero diseñador del modelo hegemónico de la globalización fue ZB desde la década de los 70, cuando en México De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón eran unos vulgares burócratas y empleaditos. ZB teorizaba que las trasnacionales de la trilateral (Estados Unidos, Europa Occidental y Japón) representarían el nuevo ejército supranacional estadunidense, que dominaría al mundo gracias a su supremacía tecnológica inigualable.

Tampoco hay que asombrarse que el totalitarismo orwelliano neoliberal (otro "oxymoron" como signo de la turbulencia semántica de los tiempos) que lleva un cuarto de siglo en el poder en México -ahora en manos del salinista-bushiano Fox, quien intenta legar su mando mancillado a "Felipe el Breve"- dependa tanto de la mitocracia que intenta aniquilar a la oposición democrática mediante su violencia retórica y excluyente, un producto de la propiedad oligopólica de los multimedia donde se libra ya la verdadera batalla libertaria del siglo XXI, como demostraron los húngaros, quienes sitiaron a la mendaz televisora al servicio de la insolente plutocracia neoliberal que se nutre de la mentira permanente para subsistir con el fin de ocultar la aciaga realidad tanto de su degradación política como de su nefario modelo económico.

 
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