Usted está aquí: sábado 23 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia En el limbo, la ubicación de la sede de la UAM-Cuajimalpa

Líos legales y oposición de vecinos frenan el proyecto desde hace más de un año

En el limbo, la ubicación de la sede de la UAM-Cuajimalpa

Implican al ex rector Luis Mier y Terán en la adquisición irregular de un predio en zona ecológica

Comienzan clases por segundo año consecutivo en un local alterno: un antiguo edificio del Conacyt

LAURA POY SOLANO/ I

Ampliar la imagen Aspecto del predio El Encinal, donde se planea construir el campus Cuajimalpa de la UAM Foto: Carlos Ramos Mamahua

A más de un año de que se aprobó su creación como uno de los proyectos más ambiciosos para consolidar el desarrollo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en el que se invirtieron originalmente 187 millones de pesos en la adquisición de un predio para su edificación, la unidad Cuajimalpa aún carece de una sede definitiva.

Aprobado por unanimidad en abril de 2005 por los integrantes del Colegio Académico de la universidad -en la administración encabezada por Luis Mier y Terán Casanueva, quien concluyó su cargo al frente de la institución en diciembre de ese mismo año-, el proyecto contó finalmente con una inversión de 203 millones de pesos otorgados por el gobierno federal, destinados a la adquisición de los terrenos de El Encinal, ubicado en una zona de preservación ecológica.

De forma adicional se otorgó una aportación por 44.3 millones de pesos entregados por la Secretaría de Educación Pública (SEP), una vez aprobada la creación de la cuarta unidad de la UAM, mediante un convenio para impulsar la generación de más universidades públicas.

Tras varios "intentos fallidos", como califican autoridades universitarias la imposibilidad de lograr un contrato de compraventa o donación de un predio que cuente con los permisos de uso de suelo y las características necesarias para la edificación del plantel, que en poco más de seis años garantice la cobertura de una matrícula de 12 a 15 mil alumnos, la UAM se vio obligada a establecer convenios de colaboración con instituciones como la Universidad Iberoamericana y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para la instalación de sedes alternas temporales.

Así, el próximo lunes 25 de septiembre, 267 alumnos y más de 30 profesores de la UAM-Cuajimalpa darán inicio por segundo año consecutivo a sus labores académicas en una sede provisional que se ubica en el anexo del antiguo edificio del Conacyt, al poniente del Distrito Federal, sin que se haya concretado una propuesta para la adquisición o donación de un nuevo predio.

Historia de tropiezos

Impulsado por Mier y Terán como el proyecto más ambicioso de su administración, la propuesta para construir una nueva unidad académica arrancó en diciembre de 2003, cuando se presentaron los primeros estudios que detectaron que el poniente de la ciudad de México (Cuajimalpa) carece de instituciones públicas de educación superior y una población de poco más de 300 mil jóvenes de entre 18 y 23 años.

La primera oportunidad para consolidar el proyecto fue la donación, por parte del Gobierno del Distrito Federal (GDF), de un predio denominado El Escorpión, con una extensión de 35 mil 253 metros cuadrados, ubicado en la zona de Santa Fe y con un valor comercial aproximado de 350 millones de pesos.

El convenio de donación, suscrito el 5 de noviembre de 2004 por el entonces rector general de la UAM, Luis Mier y Terán; el oficial mayor del GDF, Octavio Romero Oropeza, y el director general de Patrimonio Inmobiliario del gobierno capitalino, Alberto Pérez Mendoza, se concretó pese a que desde el 24 de octubre de ese mismo año el juzgado décimo de distrito en materia administrativa del Distrito Federal admitió la demanda presentada por Mayolo Soto Segura, quien inició un juicio para reclamar derechos de propiedad sobre el rancho Memetla que, aseguró, comprende varios terrenos, entre los que se encuentra El Escorpión.

No obstante que el predio donado se encontraba en litigio, las cláusulas del convenio establecen que la UAM se obliga a concluir la obra en el plazo señalado en el calendario del financiamiento autorizado en los ejercicios presupuestales de 2005 a 2008, y a utilizar el terreno sólo para el fin previamente autorizado, ya que de lo contrario, o en caso de suspenderse las obras por más de un año sin contar con la aprobación del GDF, "la donación será revocada y tanto el bien como sus mejoras pasarán en favor de la ciudad de México".

Por ello, la UAM registró ante la Unidad de Inversiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público un proyecto multianual de ampliación de servicios educativos para el nivel superior con una programación presupuestal de 43 mil 107 millones de pesos para 2005; que se incrementaría a 76 mil 987 millones en 2006; de 109 mil 587 millones en 2007, y de 96 mil 36 millones para 2008.

La decisión de un juez de otorgar al quejoso una suspensión definitiva del acto reclamado el 10 de noviembre de 2004 obligó a la UAM a promover su participación en el juicio, en el que se ordenó detener toda acción hasta en tanto no se presente una resolución definitiva del caso.

El Encinal, denuncia

Ante este nuevo obstáculo, las autoridades de la UAM, encabezadas por Mier y Terán, autorizaron, el 31 de marzo de 2005, la firma de un contrato de compraventa de tres predios con una extensión total de 12.5 hectáreas en la zona boscosa de La Venta, al poniente de la ciudad de México, denominado El Encinal, con una inversión pública de 187 millones de pesos.

Ubicados en la calle Camino de la Bolsa 252, 253 y 263, delegación Cuajimalpa, en las inmediaciones de una zona residencial de alta plusvalía, en la que se ubican casas de descanso y un club hípico, la universidad adquirió los antiguos terrenos de la compañía productora de hongos Monte Blanco, que únicamente tienen autorizado un uso de suelo agroindustrial, por ser catalogada la zona como de preservación ecológica.

Vecinos del pueblo de Contadero iniciaron desde junio de ese año una campaña mediática para evitar la instalación de la UAM-Cuajimalpa en las inmediaciones del bosque del Desierto de los Leones, donde desde hace varios años se ha incrementado la construcción de fraccionamientos y zonas residenciales.

En rechazo a la iniciativa de las autoridades universitarias, y al carecer de autorización en el cambio de uso de suelo y de un estudio de impacto ambiental, los inconformes promovieron que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobara un punto de acuerdo en julio de 2005.

Los legisladores solicitaron a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y al GDF que explicaran "la ocupación por la UAM de un predio para establecer una unidad académica en una zona de preservación ecológica". También exhortaron a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal,par a que en el ámbito de sus atribuciones interviniera en el caso.

A todo esto se sumó en agosto de 2005 una denuncia presentada por organizaciones ambientales y vecinales, agrupadas en la asociación civil Pro Contadero, ante la Auditoría Superior de la Federación en la que exigen se investiguen presuntas conductas "irregulares" en el manejo de fondos públicos que involucran a autoridades de la SEP y de la UAM, entre las que se señala a Mier y Terán, así como al secretario general de la institución, Ricardo Solís Rosales, en la compraventa de un predio ubicado en zona de preservación ecológica que no cuenta con los permisos para instalar una unidad académica.

 
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