Carlos Monsiváis clausuró el coloquio internacional auspiciado por el Colmex
''Borges ejemplifica la persistencia de la escritura en el mundo de las imágenes''
Ampliar la imagen Carlos Monsiváis y María Kodama, anteanoche, después de que el escritor y ensayista concluyó su charla sobre la literatura de Jorge Luis Borges, en El Colegio de México Foto: Jesús Villaseca
Durante la clausura la noche del martes del Coloquio Internacional In Memoriam Jorge Luis Borges, organizado por El Colegio de México (Colmex), Carlos Monsiváis señaló que el autor de Ficciones es, desde hace tiempo, uno de los grandes actores ''de un fenómeno que podría llamarse cultura latinoamericana".
En su conferencia Borges: la pirámide y el espejo, ante un abundante público que abarrotó la sala Alfonso Reyes, sede del encuentro, Monsiváis explicó que en cada país de América Latina, ''un núcleo creciente de lectores, entre ellos y naturalmente los profesores de literatura, hacen de Borges un recurso de la imaginación y la palabra.
''Recurren a él en pos del lenguaje ceñido, riguroso, que ignora igualmente el relajamiento y la imprecisión; y que es un modelo de fabulación y de la dicha del ingenio.
''Borges es uno de los escritores en castellano que se incorpora con naturalidad y en primer plano a cada una de las literaturas nacionales", al lado de autores ''que no son demasiados en el siglo XX", como Pablo Neruda, Antonio Machado, Federico García Lorca, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Julio Cortázar, Juan Carlos Onetti, agregó el Premio de Literatura Latinoamercana y del Caribe Juan Rulfo 2006.
Dijo que sin disponer todavía de la presencia masiva de Neruda, Rulfo o García Márquez, ''Borges ejemplifica la persistencia de la escritura en el mundo de las imágenes".
Acerca de la ironía en Borges, señaló que ésta es ''un punto de vista orgánico (no quiere ser obsesivamente irónico y no lo necesita, porque sus vínculos con el lenguaje tienen que ver con la enunciación perfecta de la burla, ofrecida como desvarío o festival de complicidades), un elogio de las contradicciones, el uso del sentido del humor, el festejo implacable de la tontería y la creación de héroes del disparate, a los que multiplica la ausencia del temor de Dios, una expresión tal vez más apropiada que la desaparición del miedo al ridículo (...) La ironía es el sustrato de la complejidad de los textos y de la felicidad del autor".
La parodia, travesti mortífero del original
Monsiváis afirmó que las parodias creadas por Jorge Luis Borges y por su coterráneo Adolfo Bioy Casares ''son las más extraordinarias en lengua hispana en el siglo XX. En cuanto a género, la parodia es un travesti mortífero del original, y si se realiza con talento o genio es un hecho autónomo, porque suele asumir las tareas del reflejo".
Al respecto, el autor de A ustedes les consta, añadió: ''En el caso de la política, a los grandes gobernantes se les ve, se admita o no, como parodias".
El genio de Borges, continuó, se impone mediante sus frases y aforismos que se atesoran como piezas de la conversación, como: ''Lo eterno no tiene derecho a competir con lo temporal", ''Yo propondría que los políticos no fueran personajes públicos", ''¿Por qué voy a morirme si nunca lo he hecho antes?", ''Tengo ya demasiados años, en cualquier momento el tiempo me suicida", ''No bebo, no fumo, como poco. Mis únicos vicios son la Enciclopedia Britannica y no leer a Enrique Larreta".
Monsiváis dijo que a los grandes artífices de la sátira y la parodia (Juvenal, Aristófanes, Petronio, Rabelais, Voltaire, Dickens y Twain, entre otros) ''conviene agregar algunos momentos deslumbrantes de Borges".