Usted está aquí: jueves 21 de septiembre de 2006 Política Podría reabrirse proceso contra el cura por corrupción de menores

En 1997 fue denunciado en Tehuacán por cuatro niños

Podría reabrirse proceso contra el cura por corrupción de menores

LA JORNADA DE ORIENTE

Tehuacán, Pue., 20 de septiembre. Carlos Nicolás Aguilar Rivera, sacerdote acusado de abusar de más de 80 niños en Estados Unidos y México, consiguió entre 2003 y 2004 que un tribunal colegiado federal le concediera un amparo y declarara la prescripción del delito de ataques al pudor. Aun así persiste la posibilidad de que no haya prescrito el delito de corrupción de menores y por tanto los cuatro infantes que lo denunciaron penalmente en esta ciudad, en 1997, pueden proceder en contra del clérigo.

El titular del juzgado tercero de lo penal en la capital poblana, Carlos Guillermo Ramírez Rodríguez, fue quien hace nueve años llevó el caso en un tribunal de Tehuacán por corrupción de menores y ataques al pudor.

En entrevista, Ramírez Rodríguez comentó que cuando el sacerdote se presentó voluntariamente a declarar, no se hallaron elementos para condenarlo por corrupción de menores y por lo tanto sólo se le declaró culpable de ataques al pudor.

Por este delito, según el expediente 243.PGR, del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, el cura pagó una fianza de 8 mil 500 pesos para evitar ser encarcelado. Carlos Guillermo Ramírez recordó que la sentencia dictada fue de un año de prisión, sin ningún beneficio, considerada en 2001 como la sanción máxima correspondiente.

Añadió que Aguilar Rivera apeló de la sentencia, un tribunal colegiado de Puebla confirmó el fallo emitido en Tehuacán y entonces buscó un amparo de la justicia federal. Dijo que en su momento el tribunal colegiado federal ''declaró prescrita la acción penal'', por considerarse que el sacerdote cubrió económicamente la sanción impuesta.

Ramírez destacó que en el proceso que le fue consignado para juicio contra el clérigo, únicamente se remitió a una de las víctimas, aunque fueron cuatro los niños que el 27 de noviembre de 1997 denunciaron al párroco ante la agencia del Ministerio Público de Tehuacán.

Se desconoce por qué desde la Dirección de Averiguaciones Previas y Control de Procesos, zona sur, en Tepexi de Rodríguez, no se dio curso a las acusaciones que presentaron los otros menores, y también se ignora por qué no se realizaron las investigaciones por los señalamientos que esos niños emitieron.

Cuando acudió a declarar el cura se deslindó de los cargos, aseguró ser inocente y aunque dijo conocer a los niños que lo señalaban sostuvo que las acusaciones eran falsas y todo obedecía a una venganza orquestada por madres de los menores, que estaban inconformes por la forma de administrar el dinero de colectas efectuadas para beneficio de la iglesia de San Vicente Ferrer, capilla de San Nicolás Tolentino, en el municipio de Tehuacán. Se sabe que uno de los denunciantes emigró a Carolina del Norte, otro más vive en Guadalajara y el tercero radica en el Distrito Federal.

 
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