Persiste rezago en prevención: líderes de damnificados
Los sismos de 1985 representan un capítulo abierto en materia de reconstrucción, dotación de vivienda y cultura de protección civil, pues a 21 años de distancia aún existen afectados y las labores de protección y prevención de desastres se han convertido en una moda septembrina, afirmaron Cuauhtémoc Abarca, de la Coordinadora Unica de Damnificados, y Alejandro Varas, de la Unión de Vecinos y Damnificados. Señalaron que los problemas políticos y coyunturales nuevamente hicieron a un lado las acciones para enfrentar la situación, y los mapas de peligro sísmico y el plan permanente ante contingencia sísmica están fuera del alcance de la gente, que desconoce los peligros que amenazan a su comunidad.
El papel de las autoridades, agregaron, continúa siendo el de cumplir "con la catarsis" gubernamental de promover operativos de seguridad en lugares de alta concentración y realizar un simulacro de evacuación al año, en lugar de difundir información real sobre los riesgos de habitar en una zona altamente sísmica y promover acciones vecinales para estar siempre preparados ante cualquier eventualidad.
La participación ciudadana, expresaron, es la mejor garantía para prevenir riesgos, pero no se ha entendido así, pues el esquema de control se ejerce mediante el Fondo Nacional de Desastres (Fonden), cuya aplicación tiene un sesgo político, de clientelismo electoral y selectivo de las administraciones estatales o municipales.