Los sacerdotes no tienen fuero, advierte Edgar Cortez
Queda al descubierto la crisis institucional de la Iglesia: ONG
La denuncia presentada en Estados Unidos en contra de los arzobispos de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, y de Los Angeles, Roger Mahony, por su presunto encubrimiento al sacerdote mexicano acusado de pederastia en ambas naciones, Nicolás Aguilar Rivera, le recuerda a la Iglesia católica, una vez más, su crisis institucional ante la falta de mecanismos claros de revisión de la creciente problemática interna que vive y pretende ocultar.
Organismos no gubernamentales promotores de derechos humanos precisaron que el abuso sexual infantil por parte de sacerdotes y aun jerarcas católicos, como es el caso del líder de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, entre otros, y el ocultamiento de estos delitos pese a la existencia de pruebas y denuncias de la feligresía, son sólo algunos de los grandes temas pendientes que tiene que revisar a fondo esta agrupación religiosa.
La Red Todos los Derechos Para Todos consideró que el número de denuncias pone de nuevo en evidencia que la Iglesia católica no ha sido consecuente con sus pronunciamientos, sobre todo por su negativa de presentar ante las autoridades judiciales civiles a los clérigos acusados de cualquier tipo de abuso sexual, lo cual demuestra que hay complicidad de los jerarcas ''bajo un discurso de tratar de proteger la buena imagen de la institución''.
El secretario ejecutivo del organismo, Edgar Cortez, puntualizó que es insostenible ese argumento de la cúpula católica, porque el abuso sexual en contra de menores por parte de cualquier persona hace urgente su comparecencia ante las instancias judiciales para responder de sus delitos, y ''evitar así darle a la investidura del sacerdote una especie de fuero''.
Señaló que en la Iglesia, como en todo colectivo, ''funciona mucho la conciencia de gremio y de autoprotección'', lo cual genera discursos en torno a los sucesos que se tratan de justificar o defender, cuando en realidad se trata de hechos ''totalmente indefendibles y recriminables, pero además en donde tiene que haber justicia real y efectiva''.